lunes, agosto 20, 2007

MARTA CWIELONG




*En el manuscrito dice: Quizás debía cuidar/ a la niña que yo era? /que alguien responda/que alguien diga perdón. 


***

Los ritos y recorridos forman parte de mi paisaje cuando escribo. No me evado de ellos como en un continuo tren en marcha, desde esa ventana, las imágenes estallan constantemente. Siempre hay anotadores conmigo, luego donde puedo escribo, intento rodearme de aromas, música suave, el ideal sería mi escritorio donde están mis libros, recuerdos, la pared llena de fotos de los amigos/amigas. Siempre estoy escribiendo, previo al poema intuyo un movimiento que me avisa que algo tengo que decir, luego hay que hallar la dirección correcta. Mi escritura es visceral, mi cuerpo escribe el poema, entonces es conveniente que descansen para la corrección. Busco la palabra que lo diga, siempre en el intento vano de traducir lo innombrable, claro traducir /traicionar.
Dejo los textos en largos descansos, como viajera que soy mis ritos deben venir conmigo, cuando estoy lejos es una lapicera que escriba suave, una vela y por favor una ventana. Mi escritorio está al pie de una ventana, cuando el ahogo de la palabra me sitúa en el otro lado, ese espacio a la naturaleza me devuelve, me salva.
Mi último libro: pleno de ánimas, esta escrito integro con la música de Eleni Karaindrou, Ulises Gaze, fue la compañía perfecta. En realidad la poesía me salva, poder escribir me salva, y luego esa hermosa tarea de releer para comenzar la poda del sobrante que solo adorna y no sostiene nada, el poema debe sostenerse por sí solo. La idealización del goce es la poesía, y a ella le soy incondicionalmente fiel.



Poemas


este hábito
de despertar cada mañana
ensucia el día

***

la decepción de lo bello
sacia lo cotidiano

***

es un intento
soplar la luz
y adueñarse
del secreto

***

no puedo callar y retirarme
aún debo quebrarme
y sentir miedo


(a n. mux)


***

Hay estrellas
después del Siroco
recuerdos trae la sudestada
al atardecer
cuando los muros destilan.


***


2


perder el tren
hábito
de estar dentro
viajando en él
como en tinieblas

estar afuera
mirar desde la ventana
el deslizar rápido de lo que no es
como colgado


(a pablo Suárez)


***

vedla sentada a la puerta de su rostro,
guardadora de un misterio perdido
Fina G. Marruz.


aferrarse al misterio
perderlo

iniciar el camino
perderlo

estar y no

traducir en palabras
que no nombren

asomarse a la inocencia
y en el desconocimiento

nombrar


***

por qué es en el jardín
donde nos empecinamos
que crezcan colores formas
que a la mirada turbe
así imperceptible como
el breve instante del goce
que desentona
cuando lo imagino
viajando en el tren


***

esas paredes me separan
del jardín
del modo que puedo entender
que mi mano sirve, además

***

por qué no sentarse
en la plaza
y comenzar
a mirar al gato

mirarlo
caminar como él
cola en alto
indiferente
hasta que una mano
se desliza, acaricia


***

voluptuosamente toma cada uno de esos dedos
y los nombra


***

silencio
hay un jadeo animal
en la noche
y una puerta


***

Mi madre cocinaba exactamente.
arroz, porotos negros, salsa de batatitas.
Pero cantaba
Adelia Prado


no hay síntomas

de todas las cosas

hay sombras



De
, Jadeo Animal.



Marta Cwielong


Marta Cwielong, nació en Longchamps, Pcia. de Buenos Aires Aires el 28 de enero de 1952. Publicó: Razones para Huir . Fundación Argentina para la Poesía (1991); De Nadie. Libros de Alejandría. 1997 Jadeo Animal. Libros de Alejandría (2003); Morada. Antología publicada en la serie la Diligencia Asoc. Bertold Brecht, Mislata, España (2007). Editora del sello Libros de Alejandría. Está traducida al catalán y parcialmente al italiano.


4 comentarios:

  1. Anónimo5:36 p. m.

    No se comentar blogs asi que voy a ser breve.Me gustó mucho lo que escribes,sobre todo esto:

    este hábito
    de despertar cada mañana
    ensucia el día.

    Saludos!!

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  2. Katherine Lewin9:37 p. m.

    Marta,

    No hay coincidencia en este mundo ni en lo que hacemos, dejamos de hacer y en lo que, a veces, creemos no debimos hacer. Esta tarde noche conocí algo de esa energía que mueve tu lápiz, y te escribo desde la melodía que también comentas Eleni Karaindrou.
    Como nada es coincidencia, ni incidente gracias por el regalo de la música y por llegar es espíritu de las palabras que flotan y que están ahí en el aire para tomarlas, ordenarlas y armar quien sabe, lo que se puede armar ¿no? formar y transformar y de pronto, es un bálsamo para el alma.
    Atte.
    Katherine Lewin desde Chile.

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  3. Marta,

    No hay coincidencia en este mundo ni en lo que hacemos, dejamos de hacer y en lo que, a veces, creemos no debimos hacer. Esta tarde noche conocí algo de esa energía que mueve tu lápiz, y te escribo desde la melodía que también comentas Eleni Karaindrou.
    Como nada es coincidencia, ni incidente gracias por el regalo de la música y por llegar es espíritu de las palabras que flotan y que están ahí en el aire para tomarlas, ordenarlas y armar quien sabe, lo que se puede armar ¿no? formar y transformar y de pronto, es un bálsamo para el alma.
    Atte.
    Katherine Lewin desde Chile.

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  4. Marta,

    No hay coincidencia en este mundo ni en lo que hacemos, dejamos de hacer y en lo que, a veces, creemos no debimos hacer. Esta tarde noche conocí algo de esa energía que mueve tu lápiz, y te escribo desde la melodía que también comentas Eleni Karaindrou.
    Como nada es coincidencia, ni incidente gracias por el regalo de la música y por llegar es espíritu de las palabras que flotan y que están ahí en el aire para tomarlas, ordenarlas y armar quien sabe, lo que se puede armar ¿no? formar y transformar y de pronto, es un bálsamo para el alma.
    Atte.
    Katherine Lewin desde Chile.

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