Escribo en cualquier lado, siempre que esté sola. En ese cualquier lado puedo volver amorosamente a esos otros lugares que fueron los que despertaron epifanías. Al decir de Deleuze, podemos estar en un solo lugar desterritorializado, es decir, en un solo lugar y en muchos a la vez, al igual que la palabra poética: una sola que nos habla de todo o, como decía Pizarnik, la poesía es el lugar donde todo es posible. Si hubiera que hablar de ritos, para escribir necesito leer, llevar (donde vaya) el libro compañero. El libro de los maestros en el sentido borgeano: cada escritor elige sus precursores o sus maestros. ¿De dónde sale mi poesía? Tantas veces me lo pregunté, si creyera en la magia (y tal vez en alguna esquina quede el hada que me acompañó a los 7 años) diría que sí. No tengo definiciones, sí puedo decir que escribo como respiro, camino, palpito, grito, sufro, gozo, vivo: con el cuerpo. Tal vez por generación soy una enamorada del lápiz, de su olor, de su textura y su inscripción en la hoja blanca, lisa, que cambia su fisonomía en cada trazo. Sin descartar los aportes de la computadora, sobre todo para la corrección y el orden. La creación en mi caso comienza como manchas sobre una tela, luego tomo distancia (como el pintor), lo leo y descubro la palabra dominante que va a guiar al texto en aquello que yo quiero expresar. La despojo, la remarco como el color tratando que resalte y que no se pierda.
Alejo Carpentier: El adjetivo cuando no da vida mata.
Los recursos en mi escritura no los busco, se hacen conscientes en el momento en que me leo. Como decía Picasso: yo no busco, yo encuentro.
Desde los quince años escribo pero soy muy lenta para publicar, no por perezosa sino por convicción: la escritura es un proceso de maduración que lleva su tiempo. Elegí la lengua española porque siempre me acompañaron sus voces en el recorrido de mi vida: México, España, Argentina, mi abuela era argentina y mi marido casualmente lo es. Si bien no podría decir que es mi lengua materna, es mi lugar.
Los recursos en mi escritura no los busco, se hacen conscientes en el momento en que me leo. Como decía Picasso: yo no busco, yo encuentro.
Desde los quince años escribo pero soy muy lenta para publicar, no por perezosa sino por convicción: la escritura es un proceso de maduración que lleva su tiempo. Elegí la lengua española porque siempre me acompañaron sus voces en el recorrido de mi vida: México, España, Argentina, mi abuela era argentina y mi marido casualmente lo es. Si bien no podría decir que es mi lengua materna, es mi lugar.
Objeto libro:
El libro es un todo, una obra de arte, un no lugar donde cabe cualquier expresión creativa por eso mi libro viene de la mano de los dibujos que no ilustran la historia sino que la enriquecen. Dentro de mis proyectos está la posibilidad de cantar, bailar o pintar mis poemas. Los maestros de poesía que conocí y conozco aportaron mucho a mi escritura poética y también los talleres. Siempre he vivido la poesía como los místicos. Muy raras veces los poemas nacen de una vez. Cada libro lo escribo con un tipo de cuaderno diferente. Nunca sé que va a pasar y me sorprende, es una búsqueda que encuentra su camino después de un tiempo, acto que asombra porque es difícil saber a dónde llega uno. El libro tiene que acompañarse de dibujos o grabados o si no sigue su camino con otras artes (artes plásticas, coreografía, etc...). Corrijo bastante, siempre es una ardua tarea de búsqueda de la palabra, del silencio necesario, de la distribución justa en el espacio: tal como un pentagrama y de allí nuevamente leer, escuchar, mirar y seguir hasta el toque final… que nunca es final.
Poemas
Danza envuelta de seda
la figura fugaz
aparición de otro tiempo
que se deshace en lenta miel
este olor donde todo
es otra vez y será
la elegancia sensual entre reflejos
un eterno sueño a tu pluma
se abandona
*
En cuclillas
de tu cuadro)
en cuclillas
sin palabras
adentro de una película muda
sin palabras
para cubrir ese vacío
*
Dicen que faltó su adhesión al universo
*
El lienzo
un horizonte abierto
desnudez
papeles inconclusos
geometría de su paso
*
Atrás
atrás de cada pincelada
de lo que nunca existió
las cartas se ordenan
es el juego
sin que nadie falte
*
Apenas un pálpito
en el centro del vacío
tu tesoro
un destello
*
Se trata del relato: el naufragio en el ajenjo
ojos de sombra a orillas
de la laguna negra
lejos del centro
cerca del olvido
*
Pasos de nadie
geometría del paso
lo sabe la sombra
se abanica la luz
*
Se acordaba de las fúnebres rondas de los
niños pálidos de Georg Trakl y de la imagen
corrompida del hombre en sus siete cantos
de la muerte
Chantal Enright
Chantal Enright nació en París.Vivió en España, México y Argentina. Es egresada de la Sorbona y publicó con la editorial La Marca Rizoma en nocturno vuelo (edición bilingüe, les cahiers bleus , 2002) con prólogo de Claude Couffon, presentado en la casa de América Latina de París y Niño huérfano en 2003 en la misma editorial cuya traducción al francés fue objeto de un segundo prólogo de Claude Couffon y de una hermosa presentación de Paulina Vinderman en la editorial La marca.
Rizoma en nocturno Vuelo tuvo una crítica de Carlos Barbarito.
Sangre del tiempo en la Editorial Vinciguerra , en 2007, prologado por la poeta Liliana Ponce. Es autora de dos obras inéditas y trabajó en la traducción de Voix d'Argentine, breve antología bilingüe de poetas argentinos.
Participó varias veces del ciclo de poesía La Voz del Erizo en el centro cultural Ricardo Rojas.
FORMIDABLé
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