sábado, marzo 17, 2007

MALU URRIOLA


Mi rito es cambiar constantemente de rito. Escribo como un boxeador peso mosca pelearía su último round con el fracaso, como un sastre construye un traje, como una puta haría el amor. La poesía es para mí, un oficio más entre miles. Tal vez sublime en un punto narciso, de este gesto infantil de estar todo el tiempo descubriendo y descifrando el misterio, belleza y miseria de la vida.
Siempre he pensado que escribir es un ejercicio innecesario. Sin embargo, el placer barthiano puede más, la pulsión de la littera puede más que mi titubeante cabeza.
Escribo en todas partes, situaciones y lugares, con luz y sin, aunque rara vez saco una libreta. Así es que me he entrenado en el ejercicio de la memoria, que es un ejercicio frágil y que porta además otros ejercicios como la renuncia y el desprendimiento…¿no? He renunciado y olvidado más versos de los que he llegado a escribir, afortunadamente para mi y el resto.
Porque finalmente el asunto de la poiesis es el mismo que el del perro que trata de morderse la cola. Un juego con la poesía misma.
Sí y no. O no y sí. Trato de crear mundos, de construir escenarios. Y para ello requiero ponerme a leer, e investigar de cabeza. Antes de pensar en agarrar un lápiz.
Me seducen los mundos, los cuerpos de libros que porten una cierta tensión, las apuestas y los riesgos estéticos, políticos y de vida. Para vivir y escribir poesía hay que tener huesos que no teman hacerse polvo.
Lo importante es el camino que me hace recorrer el libro que esté escribiendo. Las puertas que abre. Las que cierra. Los mundos en los que me sumerjo. Escribir es una de las más hermosas aventuras que he elegido vivir. Mi madre cuando era niña, me decía que tenía que hacer de mi vida lo que me apasionara. Y escribir y experimentar el juego de la vida son mi pasión.
Como en todo en mi vida, tengo tiempos de pasión y entrega ciega. Otros de ciega lucidez y retiro. Cada libro me ha llevado 3 o 4 años. Y soy una convencida que en cualquier cosa que una trabaje, existe un 20% de inspiración y un 90 de transpiración. (Suelo hacer sumas inexactas, porque la rigidez de la exactitud me aburre)
La imaginería usa como vehículo a las palabras que a su vez portan el silencio necesario para que una cierta musicalidad aflore. La mismidad de la pregunta aún carece en mí de respuesta y sería el fin del recorrido si la hallara. Mi trabajo está puesto precisamente en tantear, sondear, bucear en la percontari del asunto de la poiesis.


Poemas




GATOS

I

Los gatos chicos a veces mueren
apretados en el hocico de una perra
y parece que juegan
y mueven la colita
pero se están muriendo.
Hacen globitos con la sangre
mientras la lengua arranca
y un sol lúdico tironea su sombra.
El gatito se inclina
proyectando desde los ojos
una noche que se desmenuza
que cae en pedazos toda roñosa
y el cucho reventándose
trata de alcanzar un sol que se inclina
que cae en una noche pataleante
entonces hace como si se ahogara
mientras fermenta la noche
en un día lleno de sol
que cae duro en los techos
en sus ojos vidriosos
y el gato es extinguido
sacado fuera de lo real.



IV


Hey, malú, asume la vida de gato
que te toca saltar de techo en techo
porque ni siquiera un poco de sol
los hará volver
porque no nacimos para dar
pero tampoco para recibir
hay que asumir el costo
te estás chalando
nada te llena
y el hastío te agarra de espaldas
por eso le seguimos el juego
a los imbéciles
y corremos en esta carrera de equinos
de mala sangre
cuando el poeta canta su bar cecil
y Dios le guiña un ojo
y por el otro le cae un goterón de tinto
de aburrido tinto.
Hey, malú, nace una estrella
nadie quiere el nobel
pero se mueren de sólo pensarlo
los poetas se odian
toman juntos pero se odian
a quién le importa
que se maten
que se tengan pica hasta la muerte
total, de todas maneras
no tenemos quien nos abrace
porque los gatos se retiran de noche
quién sabe dónde.
Hay que asumir, pendeja
que estás sola
que te bailas un rock
para quitarte las ganas –tú sabes de qué–
porque de tanto perraje patriarcal trompeteado
estás hasta la tusa
y ellos siguen tirándose a partir
prejuiciados
amablemente discrepantes
hey, malú una raja, qué te importa
si ni siquiera encuentras algo que te importe
por eso callas y luego ríes
porque nadie te llena el hoyo,
ni el vino
ni los machitos
ni mirar sus traseros sin forma
no te queda más que caminar borracha
y llegar borracha a tu home
piedrita mendiga.



XI

Lo estropearon todo, baby
y te bailas un rock de malas ganas
porque ellos quieren verte
reventar de noche
ebria
sin hablar con nadie
y de día se lo pasarán pateando gatos
es entretenido verlos pavonearse
con sus chascas y ropitas excéntricas
pretendiendo volver al divino tesoro
qué va, son iguales a los demás
las grandes lumbreras del mundo
devorando ratas en las bibliotecas
bebiendo de noche en algún bar snob
de algún barrio snob
y salir snobmente borrachos
trágate esa vaga sensación de techos
despoblados, pendeja
y ve a emborracharte hasta que revientes
con tus amigos oligofrénicos
a quién le importa
que el último gato gris se aleje
en medio de los cachureos del techo
y que a lo lejos Bob Dylan gima
“like a rolling stone”.


De, Piedras rodantes




Todas estas mujeres salen cubiertas de pieles de la ópera, yo escucho a Jessie Norman semidesnuda, bebiendo un poco, escribiendo estas cosas que no sé qué son, ni para lo que podrían servir, salvo para otros que están como yo aburridos, sin hacer más que leer o arrojarse en una butaca a ver un buen film, no intento conmover a nadie, la jubilosa masa de gente recorre el centro, y sus ropas cambian de color bajo los innumerables letreros, yo descanso de ellos en este apartamento sin ninguna compañía. Desde la ventana los veo caminar enmudecidos por el tráfico y la música de los clubes nocturnos, un par de muchachos cantan un viejo bolero a la entrada, una fina lluvia comienza a caer. Este es mi futuro, mi tremenda soledad.


En sus adaptadas caras los años pasan sin perdón, es mi fastidio lo que los mantiene vivos, si no los viera felices cuando el tiempo se invierte, pensaría que la vida ha sucumbido, por suerte ha pasado la hora, mientras la lluvia cae más gruesa, la calle ha quedado sola, cojo del frasco un par de pastillas y me hecho a dormir.

***

Santiago en ruinas, abril de 1992


No necesito nada más esta noche,
No quiero oír viejas anécdotas de poetas.
No sé si veré el futuro, si al menos
lo veré pasar por estos ojos.

Espero en la única gloria de los castrados.
Me abandonaré al silencio,
como un criminal abandona las armas y el placer
de la sangre.


De, Dame tu sucio amor




Pasé el sábado tumbada, fumando y leyendo, otra vez perdiendo el tiempo, tú sabes que el tedio me hace leer mucho y perder mucho el tiempo, me quedé pegada mirando al techo como una idiota, trivializada como una idiota, porque sólo una idiota puede espantar esta pena, no quería oírte, no quiero escucharte... me hace bien quedarme sorda, me hace mal, me saco el brazo para calmarme, lo tiro sobre la cama y me calmo, no sabes cómo me calmo, porque sin este brazo no soy nadie, nadie, sin este brazo soy la pobre inútil que quisieras ver, sé que desearías verme sin este brazo, sería tu triunfo que me quedara muda y no te hablara, y es que no te hablo, leí La amortajada sola, solita, amortajadita... entonces no tenía esta boca, esta herida tuya sobre el lomo que no se cierra... entonces no escribía ni era como si lo hiciese, sorda era sorda y no hablaba de nada y no tenía nada que escribir a nadie, ni me importa si te gusta la Bombal, ni sentía este impulso de averiarme, ni de escribir como una bruta, porque sólo una bruta bracea contra la corriente, sólo una bruta escribe en estos tiempos brutales, porque soy incapaz, tosca y necia, bruta la que cree que escribiendo vive, que escribiendo muere, bruta la que cree que un puñado de palabras sirve para algo, porque soy bruta insisto, porque soy bruta no entiendo, porque soy retardada, porque cada palabra que no pronuncian mis labios me muerden como los hocicos de cien perros... quítame estos perros, no los sueltes... arráncame las cadenas del cuello me lo rebanan, las palabras ya no me abastecen, las palabras no sirven para nada, para nada, ni siquiera dicen lo que querrían decir, las tuyas en cambio son certeras, las tuyas si van a matar, matan. Los pedazos de mí lo saben por eso te temen, por eso te desean. Me arruinan, sabes que las palabras me arruinan, me están revolviendo entera, les temo, les temo tanto como a la ausencia de palabras, el temor es inmóvil, el temor se parece al tedio, como si estuvieran unidos de la misma cabeza, ejecutan la misma telemetría, por eso cuando no escribo, leo, y cuando no leo, hablo, y cuando no hablo, sueño... no me dejes a solas con este tedio, a la deriva muda de este tedio... a la diestra y siniestra del tedio.


***

Afuera daba vueltas un farol rojo y el letrero se caía a pedazos como de boite de mala muerte, como si fuésemos a estrellarnos contra la muerte, el hombre sacó una pequeña llave. Ladraban los perros, y el hombre nos condujo hasta un cuartucho que no volveríamos a ver, encendimos la TV y unos porros, luego me fumé un cigarro detrás de otro, uno detrás de otro y te contemplé hablar y hablamos del cuartucho, de la cojera del hombre, nuestra propia cojera, de la noche que corría con una prisa extraña, las nubes pasaban rápidas, azulosas, violáceas, como golpes de la vida, como si nos fuésemos a golpear contra la vida, el hombre trajo dos cafés que se enfriaron sobre el velador, en un rincón del cuarto quedaban los restos de una fiesta que otros dejaron, qué ganas de tomarme un trago, te dije, tú te acercaste lentamente, al contrario de las nubes, al contrario de la noche que corría aprisa, al contrario de los perros que no dejaban de ladrar, de vez en cuando se callaban, y se callaban hasta que las luces de un automóvil se estrellaba contra los vidrios y encendía el cuartucho que dejaba ver tu cuerpo y luego venían las sombras que te cubrían, lejos de casa, tan lejos de casa y en la radio con las pilas medio muertas la Janis cantaba bye, bye, baby.


***

Cuando no estás me faltas como si me faltara un brazo, daría un brazo por no sentir esta falta... daría un brazo, pero no el brazo con el que escribo. El brazo con el que es-cribo no se lo doy a nadie, si me deshiciera de este brazo moriría atragantada. Este brazo es el que aprieta mi vientre, el que hunde su mano en mi garganta para que las palabras salgan, porque mi brazo sabe que las palabras son como trozos de carne que me atoran, si no tuviera este brazo tampoco podría hablar, porque este brazo es mi lengua, con este brazo puedo decir lo que la lengua se calla, podrían cortarme la lengua pero no el brazo, por eso no siento ningún miedo cuando tengo la lengua dentro de tu boca, porque aunque la arrancaras me quedaría este brazo. Con este brazo me sostengo, con este brazo lucho cada día. Cuando me pierdo es este brazo quien me encuentra, cuando me desespero es este brazo quien me calma, este brazo es mi memoria, este brazo es quien me saca a flote, quien jala de mí, quien me aturde para arrastrarme hasta la orilla, este brazo se compadece de mí más que nadie, me saca el agua que he tragado, me golpea el corazón para que ande, si no fuera por este brazo no sé qué sería de mí, por eso sigo a mi brazo, porque este brazo es capaz de encontrar lo que yo no hallo, por eso es él quien escribe, porque si escribiera yo, no encontraría las palabras necesarias, en cambio mi brazo es exacto, porque mi brazo sabe que si no soy capaz de resistir, que si me agoto de ver todo el tiempo lo mismo, que si me canso de escuchar las mismas pa-labras idiotas, que si me harto de ver a la misma gente como en un cinematógrafo de barrio, que si me aburre ver con mis ojos sus ojos pajes desesperados de fama, de una fama gris de estrella de cinematógrafo de barrio, porque mis ojos se cansan de ver tanto, todo igual, repetido, mi ojos se hartan tanto que se harían sal si vieran que algo nuevo pasara, porque esta ciudad se detuvo antes que llegáramos yo y mi brazo, esta ciudad sombría ya no se desempaña, esta ciudad es inalterable, esta ciudad quisiese ser rubia, esta ciudad quisiese beber whisky cuando se muere de hambre y si este brazo no fuera fuerte nos habrían arrancado medio pedazo, pero a mi brazo nada de esto lo derrumba porque mi brazo es ciego, mi brazo es sordo, mi brazo sólo escucha la sangre de él. Sabe que cuando no dé más deberá tomar la empuñadura y rajar la muñeca de mi otro brazo, sabe que aunque son pares sólo él puede hacerlo, sabe que él será el último en abandonar, lo sabe, como sabe también que será capaz de dejar de escribir porque escribir me daña a veces, mi brazo sabe que escribir daña porque es él quien escribe, cuando mi brazo escribe sabe que está doliendo, quemando, sabe que me revuelvo toda, por eso mi brazo dejaría cualquier cosa para calmarme. Es este brazo quien te olvida, no yo, porque mi brazo sabe que estando juntos somos capaces de resistir tu falta, que podemos trazar tu recuerdo, en cambio si me faltara este brazo yo me quedaría muda, me quedaría postrada, no podría resistir, no podría, por eso no te doy este brazo ni se lo daría a nadie, porque este brazo es el único capaz de librarme de mí.


De, Hija de perra




Como si escribiera,
como si soñara que escribo
levanto una copa por esa noche que nos perdimos por Baires
y la trava exhibía sus gomas recién operadas
y me seguiste de bar en bar,
de noche en noche,
de muerte en muerte,
mientras el esmeralda de tus ojos
se clavaba en mí.
Lo mío es lo pequeño, lo inexacto, lo turbado,
lo que apenas puedo ver es lo que la cabeza comprende,
no escribo cosas extraordinarias,
no tengo el tic del poeta nacional,
detrás de la flor, la humedad.
No nacimos para nada grande,
apenas conseguimos una vida de artificial luz amarillenta
sobre la cabeza,
lejos, lejos de la cabeza,
existe un lugar donde los cóndores rozan la cordillera
como si por alas tuvieran palabras
Abajo la carroña citadina y la cruz del sur iluminándonos el cuero,
abajo la tierra, bajo los pies la tierra,
bajo la tierra, el cielo y el deshuesado recuerdo
de miles que tampoco han muerto para nada grande.
Al frente tus ojos, el pasado del futuro y el futuro del pasado
y esas caminatas por el Forestal
cuando no teníamos nada y por ello,
el mundo era nuestro.


***

Anoche soñé que estaba en mitad del desierto
y una anciana me preguntó si yo era dios.
¿dios? –dije- y una culpa indescriptible se apoderó de mí.


De, Nada


Malu Urriola

Malú Urriola, nació en Santiago de Chile en 1967. Ha publicado: Piedras Rodantes, Ed. Cuarto Propio 
(1988) ; Dame tu sucio amor, Ed. Surada (1994) ; Hija de perra, Ed. Cuarto Propio, (1998);  Nada, Ed. LOM. (2003) ; En el 2002 recibe la Beca del Fondo de Desarrollo de las Artes y la Cultura para realizar el proyecto poético de intervención urbana Poesía es lectura de poesía desde globos aerostáticos. En 2004 recibe el Premio Mejor Aporte Televisivo, que otorga el Servicio Nacional de la Mujer a medios de comunicación, por el guion Sofía, (Una historia de maltrato a la mujer) dirigido por Christine Lucas; serie Cuentos de Mujeres, transmitido por Televisión Nacional de Chile en 2003. En  2004 se le otorga el Premio Municipal de Poesía y el Premio Mejores Obras Editadas 2004, que otorga el Consejo Nacional del Libro, por Nada. En 2005 recibe la beca de creación literaria que otorga la Fundación Andes para escribir el libro Bracea (inédito). En  2006 recibe el Premio Pablo Neruda, por su trayectoria poética. Trabaja, además, como guionista de televisión y cine. mail: maluurriola@gmail.com

11 comentarios:

  1. Anónimo9:41 p. m.

    Malú querida, siempre magnífica tu poesía. Te abrazo desde este lado de los Andes. Está bello Santiago este invierno?

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  2. Anónimo2:56 a. m.

    malú, tu poesía me resulta siempre nueva, aunque la haya leído 100 veces.
    La pasión de la pulsión aún viva de la escritora por necesidad, entre las ficciones más borgianas, de quien escribe desde la experiencia.
    gracias.

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  3. encuentro maravillosos sus textos, espero conseguirme por ahi el Bracea, me hubiese gustado asistir a su taller, ya se darà la oportunidad.

    saludos

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  4. MARAVILLOSOS TEXTOS
    IMPOSIBLE NO SER FAN

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  5. Me gusta su poesía

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  6. me sobrecoge y me sorprende tu poesia malu, mis saludos desde valdivia.

    ana rosa bustamante

    http://escuchamecallandochile.blogspot.com

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  7. me encanta tu poesia me sobrecoge y me sorprende. saludos desde valdivia
    ana rosa bustamante


    http://escuchamecallandochile.blogspot.com

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  8. entre duras rocas arrastradas por el mar
    enciendo el candelabro en un rincón irredento
    es la mania de sorber mis labios hasta el ultimo duro
    huerto que yo bebo del ensueño.
    amarte, entre sangrientas miserias,
    besarte, en la canicula de la tarde,
    tocarte, lamerte, montarte en mis obstinados ijares
    que se columpian al cielo,
    deseo la ultima saliva de tu abril
    siendo aun febrero,
    lejos eres aroma entre lodos donde voy tras ellos,

    nada es nada, nadie es nadie,
    sola en la multitud de tantos ojos muertos,
    mi atributo es tal ensuciada con tu cuerpo,
    mis piernas arcoíris colores repartiendo entre
    el deseo quieto de no amarme nadie mas
    como tu lo has hecho,
    dejame contenta en el rumor acezante sobre
    tu pecho,
    la espesa esperma sobre mi pubis besa
    el clítoris que tu boca modela,
    no tardes, tu abandonada,
    seca mis entrañas buscame en las breñas,
    allí tuya besare el polvo hasta que lo riegues
    con tu beso santo
    que me hace bella hembra y carne firme
    para tu bravo animal que se esconde.

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  9. Anónimo10:26 p. m.

    Poeta Malu Urriola , estado leyendo cada poesia y es maravillosa,una gran maestra es una poesia que se sorprende , es pasion, maravillosa poeta felicidades un abracito


    Myriam Sepulveda I.

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  10. Malú grande, la poeta que piensa y que se piensa más allá de lo pensado por otros, con cuanta claridad has escrito el enunciado de tu proyecto de escritura, me asombra la lucidez, la inteligencia, la valentía.
    Tu trabajo, tu poesía es tan potente como tus ideas, tu estar en esta vida, felicitaciones una siempre admiradora de lo tuyo,
    eugenia

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  11. Mi querida malú, como has bellamente hecho el enunciado de tu proyecto literario, me impresiona la claridad, la valentía, el riesgo, tu apuesta es tremendamente iluminadora para mi y para otros, y como siempre, me declaro una admiradora de tu trabajo, y también de como vives esta vida, como iluminas los espacios y tu gran lucidez, felicitaciones

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