¡Ay! … ¡qué difícil
definir qué es la poesía! …Creo que justamente porque ella se escapa, se quiere
escapar de toda etiqueta o definición.
Es necesidad pura
cuando aparece en lo que para mí es su más auténtica expresión, profundamente
arraigada a la vida y a la conexión que se tenga con la propia alma en ese
momento. Estoy hablando desde mi experiencia, que tampoco ha sido siempre la
misma a lo largo de los años que llevo puesta en este planeta.
A veces mi conexión con
esa alma o voz interna fue débil, o se secó, y de esos momentos puedo rescatar
una expresión poética más velada, relacionada también con un énfasis mayor en
la corrección, como si la calidad del poema dependiera más de su arquitectura,
de su formato. Me ha sucedido durante largos períodos en que mis poemas pedían mucho descanso para decidirme a considerarlos dignos. También me suele
suceder aún el hallazgo de escritos cuya lectura me regocija, encontrados en
viejos cuadernos o anotaciones dispersas.
Es mucho más
frecuente que la poesía se me presente como una canción, un canturreo, una
música o melodía, de la cual a veces he tomado el automatismo más puro que he
podido, tratando de recoger el sonido en desmedro de la lógica.
Otras veces, se
presenta como voz interna que dialoga conmigo, que me muestra un modo de sentir
y vivenciar las cosas que me suceden y me propone un camino para expresarlas
casi inmediato, dando lugar también a unas maneras de corrección mucho más
amables, en el sentido de que se dan en forma casi instantánea, y no como un
largo proceso. A veces, casi no existe la corrección.
Pocas veces la poesía
se me ha presentado como imagen visual, pero sí, también me ha sucedido que se
mostrara así en ocasiones.
No es frecuente que
escriba siguiendo un plan, aunque a veces he seguido el impulso de realizar
pequeñas series acordes a determinada temática, como por ejemplo al traducir en
forma de poema otras manifestaciones artísticas, por ejemplo al escribir sobre
una película, o una expresión plástica o musical.
Lo más habitual es
que escriba según el discurrir que aparece en un momento dado sin racionalizar
el propósito o la hilación que pueda tener respecto de otros poemas. Descubro
muchas veces que esa hilación se impone por sí misma, cuando los temas que se
van presentando tienen estrecha conexión con mi vida.
En estos últimos dos
años y medio, gradualmente fui recuperando una conexión perdida con la poesía
en especial, y también con otras formas de escritura. Me encontraba más volcada
a la pintura, y escribir me resultaba un ejercicio poco refrescante. Sin
embargo, me he visto profunda y gratamente sorprendida por el advenimiento de
un tiempo poético personal de una fluidez que gradualmente se exacerbó, convirtiéndose
en una fuente abierta casi en forma permanente, y recordándome bastante en su
forma de manifestarse la frescura de mis primeras conexiones poéticas siendo
una adolescente. En ese camino me encuentro, siguiéndole yo la pista a ella, a
la poesía, y más allá de los resultados obtenidos, agradecida porque un proceso
de transformación personal me venga guiando a este reencuentro que no estaba
tampoco en mis planes, como creo que en general sucede con las cosas más bellas
o fundantes que nos puedan ocurrir.
Poemas
LADY GODIVA
aprender a
morir debe ser un asunto de audacia,
como aprender a
vivir
andar a caballo
desnuda por esta vida
como lady
godiva
envuelta por mi
pelo canoso y
largo laaargo
laaaaargo
como esta
pandemia que parece no irse más
Me compraré un
caballo: no un pony
como le pedía a
mamá de chica
no
un caballo
grande y lustroso, posiblemente negro
aunque también
marrón estaría bien
o blanco
un caballo como
todos: tierno
y de ojos
grandes y lánguidos
luego me
desnudaré en la plaza
y me subiré en
él
me reiré del
ridículo tan eróticamente
tan amada
que no quedarán
dudas.
Sin
conclusiones y sin manta
me envolveré en
mi pelo
el corazón dará
impulso hacia adelante
y a cabalgar
por supuesto
sin saber
por supuesto
tomada del pelo del caballo
o de las
riendas si hubiera riendas
mas sin saber
hacia dónde ni cómo ni de qué modo nunca
la intensidad
del paso del trote del paisaje
mi brújula
mojada de río o de mar siempre
irá hacia donde
deba y al dictado
con armonía de
sombra y alaridos de luz
cantando entre
la lluvia
habrá melodías
sabias y pasto y un sendero
nada que
lamentar
una gran
emoción dentro del cuerpo
irradiando
y la mano
extendida
como quien da y
recibe
como el amor
que te reconoce
y presiente en
tu mano una caricia
como el aire
respirando sin
fin y sin comienzo
así
nomás
(inédito, 2020)
***
todo es muy
importante ahora:
la forma de mi
nuevo repasador
su textura
lo que siempre
lo fue:
la dimensión
del llanto
lo felices que
somos juntos en el agua
cómo se abraza
a un ser amado cuando sufre
cómo llorar
bien lo que se llora
cómo reír con
toda el alma puesta
la eficacia de
un abrazo justo a tiempo
los amigos que
saben de nuestra alma
o que les gusta
que les contemos cómo es
qué nos hace
felices y qué gusto tiene
cómo se baila
la alegría
cómo no se
nombra nada
nada
que no sea
imprescindible nombrar de algún modo
cómo no se sabe
lo que se llora
cuando suena
esa canción de cuando chicos
y algo en el
pecho se nos hace arcilla
y se pone
blando
y se amasa
y entonces no
se sabe más
y ahora que
saco las milanesas del horno
me acuerdo de
mi mamá
de cómo
inclinaba su cabeza hacia atrás
cada vez que
sonaba esa música
y no otra…
Pide aliados el
placer de vivir
pide aliados la
epifanía de alegrarse
con la alegría
ajena
y de morirse un
poco
con el dolor
del otro
pide aliados el
mundo cuando es bello
cuando refulge
cuando
infinitamente presentimos
de qué se trata
(inédito, 2019)
***
Vos repartías coquitos de papel crepe
Te habías disfrazado de palmera
en la fiesta de disfraces del crucero
y sacaste a bailar al capitán
y te reíste mucho
e hiciste reír
Esa lozanía
de la piel del alma
te dibujaba por entero
eras exceso
eros
alegría
No nos faltó el abrazo
ni esa costumbre eterna
de darnos la mano en los cafés
mamá
cómo hago ahora, explicame
para andar en un mundo tan tacaño
tan flojito y asustado
de sentir
decime vos
ahora que te heredo
que me hago cargo
de tu generosa imperfección
y la elijo
decime vos
dónde pasa el crucero aquél
así no llego tarde
(inédito, 2021)
***
fue hoy así
como recorrer los parques hasta donde tienen
esquinas azules
y sentarse cuando el sol va bajando a mirar
las rosas
y que sea demoledora la belleza y azorarse
decirse qué es todo esto, qué hermoso es el
mundo
¿estaré sobre el infierno mirando las
flores
como decía el haiku?
y si así fuera , si me fuera dado elegir con
quién
contemplar esta belleza
te
elegiría
(inédito, 2021)
MAR MAR MAR…
ni bien entré a
la iglesia había recordado mi pasado al sonar la canción que de adolescente
cantaba cuando cristiana era y me llamaba, y no importa si ojos o corazón: algo
se me llenaba de agua por dentro
yo venía del
mar: me había dejado arrastrar demencialmente por él con una felicidad de la
que jamás había sabido…había sido esa tarde hirviente más niña que de niña
entre revolcones de risa y olas, de dejarme hacer por la rompiente lo que ella
deseara conmigo
y llegué rota y
feliz a ese lugar que me protegería de una tormenta que iba a venirse con
piedras, y de la que sólo quedó el asfalto mojado y un anuncio vacío
entonces fue cuando
ellos empezando a llegar se intercalaron entre nosotros los sentados y se
quedaron parados a capella entonando esa canción tan sublime que casi lágrimas
era yo convertida a ese sonar entrante en mi pecho abierto a la experiencia por
el mar revuelto en corrientes y contracorrientes
y la
sensibilidad de mi adentro desbordaba mientras la sensibilidad del afuera
señalaba la belleza de bach como un mar renacido y era eso lo justo: que la música
fuera tan bella como lo no creado por las manos humanas
y era tan eso
lo que sonaba que él daba saltos mientras dirigía la cantata y yo sentía algo
hermoso en medio del pecho y aunque tuve el impulso de ponerme a bailar en
medio de la iglesia, predominó por muy poco la llamada cordura por sobre la
audacia del hacer, pero no por sobre la audacia del sentir
y hasta
parecíame que diosito, ese que estaba clavado en la cruz, se iba a salir de sus
clavos para ponerse también a danzar o saltar
nada más bendecido
que lo que sonaba podía impregnarnos y esas voces salían desde un lugar joven
de las gargantas también jóvenes y yo que había querido tomar la eucaristía
después de cuarenta años de no probar el pan y el vino y no me había animado ,
aunque estaba más pura que jamás antes bañada por ese mar blanco y
frondoso, ahora era también aura del
llamado de lo inmenso en la música mar
yo estaba
preparando el milagro y el milagro se venía, y hasta había un perro vagabundo
entre la gente y los bancos de la misa y el pan y el vino hervían en las bocas
y la confabulación de bach y del mar terminó entre sudores y apretones de manos
y saludos efusivos de unos cuantos fantasmas que estuvimos presentes en ese
cuento escapado del tiempo hacia el sitio inefable en el que levitaríamos en
asombros y nada ya vibraría sino de belleza, de milagro mojado sonándonos por
dentro mientras las calles brillantes de lluvia nos llevaban a eso que solemos
llamar casa.
(inédito, 2019)
Claudia Bakún
Nací en Buenos Aires en
la primavera de 1964, aunque soy de tierra adentro por adopción.
Estudié y me recibí de
Profesora Nacional de Música en el Conservatorio Carlos Lopez Buchardo, y de
Profesora Nacional de Dibujo y Pintura en la E.N.B.A Prilidiano Pueyrredón. Si
bien di conciertos durante algunos años, la Música quedó ligada a la Enseñanza
en Escuelas Públicas desde que comenzó la Democracia hasta la fecha, y a otras
incursiones más informales. Amo todos estos caminos, y disfruté muchísimo de mi
labor docente.
He picoteado en distintas
danzas y propuestas corporales desde temprano en mi vida, y como profe de
Música pude darme el gusto de acompañar Clases de Danzas. Pocas cosas hay que
me hagan tanto bien como las peñas, los fogones y las milongas.
Mi formación literaria es
esencialmente autodidacta, exceptuando la valiosa experiencia de taller
realizada con Norberto Uman y Norberto Covarrubias, a quienes considero mis
maestros, fundamentalmente al primero.
Participé en encuentros
poéticos como Clima enrarecido, del grupo Signo Ascendente, en el Encuentro
Abrazo de voces organizado por Las Pretextas, y en espacios de lectura como
el Rincón de los poetas, el Café de las Pretextas, el Ciclo Literario Antonio
Aliberti, El orate y la musa, entre otros.
En 2010 participé del
Foro de Haiku de El Rincón de Haiku, sitio en el que me interioricé en este
género, siendo considerada haijin.
Desde 2010 impulsé mi blog Pinceles Verdes, variopinto, básicamente dedicado
a poesía y literatura, algo de narrativa y divagues filosóficos varios.
Recientemente realicé un
Taller de escritura auténtica coordinado por Rosa Goldenberg.
Edité dos libros de
poesía: Sombraluz (Edición del autor, colección el fandango,1994); Accidentes
geográficos (13000 pájaros ediciones, 2014). Y hay muchos escritos y libros
inéditos por compartir aún.