domingo, octubre 10, 2021

JAVIER GALARZA

 



La escritura y su lugar recóndito y su algo de juego de niños.

Las escondidas. Los espejos. Mansión en la que adentrarse transgrediendo reglas y prohibiciones. Hacia el mudo -imposible- lugar del encuentro entre las palabras y las cosas. 

La saciedad los dioses dormidos,

la cercanía en lo lejano

y aun así lo tan mudo.

Todo eso que no cesa de no escribirse ni decirse, aproxima la piel a un encuentro que es primero sugerencia, detenimiento y promesa.  

El trazo nos insinúa, somos insinuados.

Delación de nombrar un imposible, milagro incompleto, vaga promesa de quietud. Es decir, para no decir para decir, y así.

Esta añoranza particular que produce algo que nos encuentra donde no estamos. Lo evasivo del mundo permeando nuestras pieles hacia un encuentro posible. Tal vez. 

Escribo sobre temas que me convocan y sí, investigo. Entre lo que me interesa están los lugares abandonados (la afición que venían despertando en los fotógrafos y en los artistas en general, parecían anunciar este mundo apocalíptico). Esto que llamamos pandemia (lo estoy trabajando a través de la filosofía y de Artaud), Me atrae el pensamiento de Oriente. Hölderlin y sus intentos de crear una religión poética. Los alfabetos y sus puertas, sus errores, sus aciertos. Lo infinito de las combinatorias. Cada letra como una llave, un código o una trampa que aumenta el acierto, el error o la neutralidad del universo. Ante lo explícito de un ensayo o una narración que abundan en explicaciones, el discurso poético es un salto sin red.

A veces es necesario dejar descansar un texto. La corrección es una reescritura, a decir verdad, nunca doy un texto por cerrado, ni siquiera cuando se publica. Tengo por lema que los libros no se cierran, en ningún sentido. Incluso nunca los “dejo morir” en la biblioteca. Busco un arte que ataque y ampare. Te diría que la corrección es parte de un permanente work in progress donde, como dice Beckett, intento fracasar más, fracasar mejor. Pero el deseo es tan grande que si alcanzo lo que busco, algo se cancela y debo pasar a otra cosa. “La imperfección es la cima” escribió Bonnefoy casi como si respondiera a la esterilidad que delata Sylvia Plath en su verso que dice “La perfección es terrible, no puede tener hijos”.

La poesía es imagen y ritmo, melodía. Creo que ambas artes, la plástica y la música, dialogan con el trabajo poético. Suelo recordar que el poeta Osip Mandelstam escuchaba una música y entraba en un estado de violenta excitación hasta que llegaban las palabras. A veces un cuadro o una foto o una melodía nos colocan en ese estado cuyo desafío es hacer escritura. No olvidemos que dos de nuestros mejores poetas, Alejandra Pizarnik y Miguel Ángel Bustos estudiaron pintura con el mismo maestro, el pintor Battle Planas. Entonces mi procedimiento es no sistemático, más allá de que me gusta escribir a las cuatro de la madrugada con muchos libros como herramientas. Entonces llega el día y las perturbaciones del mundo no llegan a derrotarme.

 

Poemas

 

 

EL MAESTRO LIN CHI CITA UN VIEJO REFRÁN

 


El maestro Lin Chi dice «deja que ruja el león

y ay del cerebro de los pequeños zorros».

Caminamos y es virtud del enemigo

no mostrar su rostro

sino sus efectos.

 


 

EL VESTIDO AL REVÉS

 


Yo era la idiota de tu circo

con un vestido y una mueca

por qué agarraste mi mano

por qué rasgaste mi ropa

por qué pegaste?

si yo cosía los botones

de mi vestido en la espalda

por qué me abriste?

si mi rosario era un pueblito

de palomas que se volaban

cuando te acercabas.

 


 

KAWABATA:   

                                                    

El cuerpo de una durmiente                    

tiene casas, cobijas y drogas;                                                        

mirá las tizas del kabuki                                

las cosquillas, sus ombligos.                                                     

El cuerpo de una drogada                           

tiene peluches, elásticos y guitarras;                                                         

quizás algo de tu memoria.                                               

Cada día intentamos la senda recta,         

pero al penetrarlas,                                                

nos encontramos                                          

con el daño hecho.  

 


 

ARS

 


A veces quisiera ser

un antiguo poeta chino

cuyo decir se ha vaciado

hasta lograr un poema

con muy pocos elementos:

alguien que pronunciara

la palabra viento

y apenas susurrada

algo se meciera allí.

Un músico que dispone

de tres botellas

para mostrar su arte.

Un carpintero pobre un trazo

extender una oración como un mantra.                                                 .

Puntuar: Decir. El viento. Aquí. Esta noche.

Escribir: la luna brilla sola entre los árboles

y aprender a desplegar

el misterio de esta pregunta:

¿No está sola la luna brillando entre los árboles?

¿No está sola la luna brillando entre los árboles?



Javier Galarza

 

 

(clase -1995)



Javier Galarza es poeta y ensayista. Nació en 1968 en Buenos Aires. Dio cursos en la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino. Publicó los libros El silencio continente (2008); Reversión (2010, Tropofonia, Belo Horizonte), refracción (añosluz, 2012); Cuerpos textualizados (Letra Viva, 2014, en coautoría con Natalia Litvinova); Lo atenuado (audisea, 2014); Chanson Babel (Buenos Aires Poetry, 2017); el ensayo La noche sagrada (audisea, 2017); Für Alina (Ediciones en Danza, 2018); el ensayo La perfecta desnudez (Letra Viva, 2018, en coautoría con Leonardo Leibson y María Magdalena) y participó con sus notas en la edición de H.D –Qué son las islas, Llantén, 2018, (traducciones de Tom Maver).  En narrativa editó Diez cuentos góticos por La Docta Ignorancia, en 2019. Actualmente trabaja en proyectos a ser editados próximamente.

 

domingo, septiembre 26, 2021

MARCELA MERONI

  



Es difícil para mí definir qué es la poesía. Tal vez pueda intentar aproximaciones. Creo que encuentro lo poético en el misterio, en cierta condición de lo inexplicable y, sin duda, en un ritmo respiratorio y una musicalidad. Hay un intento de aproximar la palabra al objeto, intento que siempre es vano pero que en su misma imposibilidad despliega la poesía, que se abre por los laterales.

Escribo mucho y soy muy caótica. No tengo disciplina alguna, excepto en la corrección. Porque en realidad ese caos tiene que ver con lo que me estimula a escribir que es de lo más diverso (una imagen, lecturas de narrativa, pensamientos repentinos, sueños). En cualquier momento aparece esa urgencia que me lleva a mi block de notas. A veces siento que puede abrirse una serie de poemas en una unidad de escritura y si ocurre me dejo estar pero sé que hay una antenita oculta y atenta que va registrando y en algún momento transforma en palabra. Nada de lo que digo me ubica en el lugar de la pura inspiración: creo en el laburo y lo ejerzo, las correcciones son momentos arduos y laboriosos y llego a sentir el cansancio en el cuerpo, y una disposición corporal como de orientación hacía un llamado.

Corrijo siempre, dejo pasar un tiempo, retomo el poema, vuelvo a corregir…y finalmente doy por terminado más como un acto de voluntad que como una certeza.

 

 

Poemas

 

Veo desde la ventanilla del taxi

el edificio de arriba

del Imperio Bar

bordes macizos

cortinas pesadas

recuerdo a Camilo

y su cama de hospital

y a Tsvietaieva

 

su madre

la música

descubrir

de niña

que una palabra

te lleva

a otra que nunca es

la cosa

que nombra.

 

 

La cortina vuela

a latigazos

afuera de la ventana

como la lengua

de una serpiente

bífida y veloz

en la esquina

un auto de policía

bolsas de nylon

que arrastra

el viento

un pájaro negro

que no vuela

cae

y yo

solo una blusita.

 

 

El encierro

achica todo

economiza

vacía

y encoge

nada sobra

ni se expande

nos acomodamos

en los rincones

sentimos

que las palabras

de ayer

sosas

deslucidas

caen

como esas polleras antiguas

llenas de volados.

 

El borde de la ventana

clavado en el cielo

la noche de mi infancia

abierta al sur

ciudad vacía

cosmos

un astronauta

desde el cordón umbilical

de una nave

en la pantalla

de la tele

 


Marcela Meroni


Marcela Meroni, estudió Historia e Historia del Arte. 

Actualmente ejerce su profesión como Lic. en Marketing.

Es autora de los poemarios Otros mundos, después (Halley, 2019).

El parto de la reina (Halley, 2020).

El anuncio de un grano de sa,l junto a Laura Vacs (edición de autoras, 2020).

Plano lateral de una naranja en proceso de edición.

Participa de la antología digital Tapabocas (Milena Caserola, 2020).

 

jueves, septiembre 23, 2021

¿QUÉ ES LA POESÍA? TERCERA ENTREGA




Habitar poéticamente, aun el más adverso de los mundos. Este deseo es el objetivo de todo poeta que siente la poesía como un acto de fe, porque a través de él percibe la conmoción de la verdad y la infinitud de la belleza.

(César Bisso)

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Al decir de Deleuze, podemos estar en un solo lugar desterritorializado, es decir, en un solo lugar y en muchos a la vez, al igual que la palabra poética: una sola que nos habla de todo o, como decía Pizarnik, la poesía es el lugar donde todo es posible.

(Chantal Enright)

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Es necesidad pura cuando aparece en lo que para mí es su más auténtica expresión, profundamente arraigada a la vida y a la conexión que se tenga con la propia alma en ese momento. Estoy hablando desde mi experiencia, que tampoco ha sido siempre la misma a lo largo de los años que llevo puesta en este planeta.

(Claudia Bakún)

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No sé muy bien qué es la poesía…quizás la primera palabra que me viene a la mente es secreto, misterio. Para mí hay poesía donde hay respeto por el misterio, por el secreto de las cosas. 

Creo que la poesía está ahí para recordarnos cuánto no sabemos, cuánto no podemos decir, cómo andamos a tientas por el lenguaje, como quien anda perdido en el bosque y la única luz que tiene para guiarse es la de las luciérnagas…una luz esporádica, fugaz, que nunca se sabe de dónde va a venir y cuándo se va a extinguir…ni qué nos permitirá ver esta vez cuando aparezca.

(Claudia Masin)

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Mi vínculo con la poesía es carnal, no sólo porque es un modo del Eros, como dice Barthes, sino también porque se corresponde visceralmente con mi forma de ver y de sentir el mundo. No soy un ser analítico por naturaleza y la poesía no es un género analítico por naturaleza, todo deriva en ella de asociar y enlazar imágenes, música, variaciones de un tema y sus combinaciones, eslabón con eslabón, "una cadena que flota". Con todo lo que traemos desde antes de nacer y acarreamos antes de morir, con toda la dicha y el dolor necesitamos hacer algo infinito. Necesitamos arrancarle a un lenguaje gastado una expresión nueva, diferente, porque un poeta es su voz, su originalidad. Eso trato.

(Concepción Bertone)

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La poesía es un modo de mirar el mundo. No hay una mirada certera. Entonces la metáfora nos brinda la posibilidad de hablar sobre aquello que no podemos nombrar.
La mirada poética comprende la inasibilidad del mundo. ¿Cómo pensar en el amor, en la justicia, en el género humano desde la razón? Hay una sinrazón que gobierna nuestra especie. La poesía es la única, en sus silencios, que ha podido, a lo largo y a lo ancho de la historia, hablar de las miserias del hombre, de su oscura esencia, de su complejidad.

(Cristina Domenech)

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Quizás tenía razón Osvaldo Lamborghini cuando decía que la poesía se escribe (¿se escribe?) desde ningún lugar, una especie de Khora. Trato de hacer algo más directo y más simple (no hablo de la hermenéutica de la imagen), escribir para volver confiables las cosas que casi siempre son las mismas, dos o tres obsesiones que me acompañan desde los comienzos. Quizás haya en esto más miseria que grandeza; pero de todas maneras el modo ficticio, el artificio, acolcha (la palabra como vestido) y nos da la red del trapecio aunque debajo, agazapada, está la versión final que nunca conoceremos.

(Daniel Muxica)

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En el tomo III de De la misma llama (“De plomo y poesía”, 1972-1979), se reproduce el que originalmente fue un artículo, “Con las manos en la mesa”, que da idea de cómo trabajo (se lo puede leer a través de: www.dariocanton.com). Ese tomo incluye bastantes “cuentos” de poemas y otros escritos sobre poesía que abundan sobre lo mismo. Con un agregado: entre las páginas 225 y 230 aparecen los nombres de los remedios incluidos en la primera redacción y en las tres que siguieron hasta completar el corpus del Abecedario Médico Canton.
Testimonian lo que me “saltó a la vista” en la lectura inicial y lo que advertí en cada una de las posteriores. Algo han de decir sobre el autor y su mundo, aunque no me haya puesto a indagarlo. Son el equivalente aproximado de lo que he leído que se hace al enfrentar a una persona con una página impresa o una pantalla sobre la que algo se proyecta, siguiendo (registrando, grabando) el recorrido de sus ojos (algo similar podría darse con aquellos a quienes se les presentaran libros o diarios para ver en qué orden los leen o de qué manera los recorren).

(Darío Canton)

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Me gusta pensar la poesía como ese puente luminoso que comunica experiencia individual con experiencia cultural, de modo que la investigación sobre sí en que se resuelve todo poema, se abra al espacio ético de una memoria colectiva.

(Delfina Muschietti)



Podría decir que la poesía es un estado del alma o que es una forma de mirar el mundo o que es un acto que involucra cuerpo y sensibilidad. La verdad es que ante esta pregunta siento lo mismo que San Agustín decía acerca del tiempo: si nadie me pregunta qué es, lo sé; si alguien me lo pregunta, no lo sé. 

(Diego Rodríguez Reis)

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viernes, agosto 27, 2021

CLAUDIA BAKÚN

 


¡Ay! … ¡qué difícil definir qué es la poesía! …Creo que justamente porque ella se escapa, se quiere escapar de toda etiqueta o definición.

Es necesidad pura cuando aparece en lo que para mí es su más auténtica expresión, profundamente arraigada a la vida y a la conexión que se tenga con la propia alma en ese momento. Estoy hablando desde mi experiencia, que tampoco ha sido siempre la misma a lo largo de los años que llevo puesta en este planeta.

A veces mi conexión con esa alma o voz interna fue débil, o se secó, y de esos momentos puedo rescatar una expresión poética más velada, relacionada también con un énfasis mayor en la corrección, como si la calidad del poema dependiera más de su arquitectura, de su formato. Me ha sucedido durante largos períodos en que mis poemas pedían mucho descanso para decidirme a considerarlos dignos. También me suele suceder aún el hallazgo de escritos cuya lectura me regocija, encontrados en viejos cuadernos o anotaciones dispersas.

Es mucho más frecuente que la poesía se me presente como una canción, un canturreo, una música o melodía, de la cual a veces he tomado el automatismo más puro que he podido, tratando de recoger el sonido en desmedro de la lógica.

Otras veces, se presenta como voz interna que dialoga conmigo, que me muestra un modo de sentir y vivenciar las cosas que me suceden y me propone un camino para expresarlas casi inmediato, dando lugar también a unas maneras de corrección mucho más amables, en el sentido de que se dan en forma casi instantánea, y no como un largo proceso. A veces, casi no existe la corrección.

Pocas veces la poesía se me ha presentado como imagen visual, pero sí, también me ha sucedido que se mostrara así en ocasiones.

No es frecuente que escriba siguiendo un plan, aunque a veces he seguido el impulso de realizar pequeñas series acordes a determinada temática, como por ejemplo al traducir en forma de poema otras manifestaciones artísticas, por ejemplo al escribir sobre una película, o una expresión plástica o musical.

Lo más habitual es que escriba según el discurrir que aparece en un momento dado sin racionalizar el propósito o la hilación que pueda tener respecto de otros poemas. Descubro muchas veces que esa hilación se impone por sí misma, cuando los temas que se van presentando tienen estrecha conexión con mi vida.

En estos últimos dos años y medio, gradualmente fui recuperando una conexión perdida con la poesía en especial, y también con otras formas de escritura. Me encontraba más volcada a la pintura, y escribir me resultaba un ejercicio poco refrescante. Sin embargo, me he visto profunda y gratamente sorprendida por el advenimiento de un tiempo poético personal de una fluidez que gradualmente se exacerbó, convirtiéndose en una fuente abierta casi en forma permanente, y recordándome bastante en su forma de manifestarse la frescura de mis primeras conexiones poéticas siendo una adolescente. En ese camino me encuentro, siguiéndole yo la pista a ella, a la poesía, y más allá de los resultados obtenidos, agradecida porque un proceso de transformación personal me venga guiando a este reencuentro que no estaba tampoco en mis planes, como creo que en general sucede con las cosas más bellas o fundantes que nos puedan ocurrir.

 

Poemas

 

LADY GODIVA

 

aprender a morir debe ser un asunto de audacia,

como aprender a vivir

andar a caballo desnuda por esta vida

como lady godiva

envuelta por mi pelo canoso y

largo laaargo laaaaargo

como esta pandemia que parece no irse más

Me compraré un caballo: no un pony

como le pedía a mamá de chica

no

un caballo grande y lustroso, posiblemente negro

aunque también marrón estaría bien

o blanco

un caballo como todos: tierno

y de ojos grandes y lánguidos

luego me desnudaré en la plaza

y me subiré en él

me reiré del ridículo tan eróticamente

tan amada

que no quedarán dudas.

Sin conclusiones y sin manta

me envolveré en mi pelo

el corazón dará impulso hacia adelante

y a cabalgar

por supuesto sin saber

por supuesto tomada del pelo del caballo

o de las riendas si hubiera riendas

mas sin saber hacia dónde ni cómo ni de qué modo nunca

la intensidad del paso del trote del paisaje

mi brújula mojada de río o de mar siempre

irá hacia donde deba y al dictado

con armonía de sombra y alaridos de luz

cantando entre la lluvia

habrá melodías sabias y pasto y un sendero

nada que lamentar

una gran emoción dentro del cuerpo

irradiando

y la mano extendida

como quien da y recibe

como el amor que te reconoce

y presiente en tu mano una caricia

como el aire

respirando sin fin y sin comienzo

así

nomás


(inédito, 2020)

 

***


todo es muy importante ahora:

la forma de mi nuevo repasador

su textura

lo que siempre lo fue:

la dimensión del llanto

lo felices que somos juntos en el agua

cómo se abraza a un ser amado cuando sufre

cómo llorar bien lo que se llora

cómo reír con toda el alma puesta

la eficacia de un abrazo justo a tiempo

los amigos que saben de nuestra alma

o que les gusta que les contemos cómo es

qué nos hace felices y qué gusto tiene

cómo se baila la alegría

cómo no se nombra nada

nada

que no sea imprescindible nombrar de algún modo

cómo no se sabe lo que se llora

cuando suena esa canción de cuando chicos

y algo en el pecho se nos hace arcilla

y se pone blando

y se amasa

y entonces no se sabe más

y ahora que saco las milanesas del horno

me acuerdo de mi mamá

de cómo inclinaba su cabeza hacia atrás

cada vez que sonaba esa música

y no otra…

Pide aliados el placer de vivir

pide aliados la epifanía de alegrarse

con la alegría ajena

y de morirse un poco

con el dolor del otro

pide aliados el mundo cuando es bello

cuando refulge

cuando infinitamente presentimos

de qué se trata

 

(inédito, 2019)

 

*** 


Vos repartías coquitos de papel crepe

Te habías disfrazado de palmera

en la fiesta de disfraces del crucero

y sacaste a bailar al capitán

y te reíste mucho

e hiciste reír

Esa lozanía

de la piel del alma

te dibujaba por entero

eras exceso

eros

alegría

No nos faltó el abrazo

ni esa costumbre eterna

de darnos la mano en los cafés

mamá

cómo hago ahora, explicame

para andar en un mundo tan tacaño

tan flojito y asustado

de sentir

decime vos

ahora que te heredo

que me hago cargo

de tu generosa imperfección

y la elijo

decime vos

dónde pasa el crucero aquél

así no llego tarde

 

(inédito, 2021)

 

*** 


fue hoy así

como recorrer los parques hasta donde tienen esquinas azules 

y sentarse cuando el sol va bajando a mirar las rosas

y que sea demoledora la belleza y azorarse

decirse qué es todo esto, qué hermoso es el mundo

¿estaré sobre el infierno mirando las flores 

como decía el haiku?

y si así fuera , si me fuera dado elegir con quién

contemplar esta belleza

te elegiría

 

(inédito, 2021)


MAR MAR MAR…


ni bien entré a la iglesia había recordado mi pasado al sonar la canción que de adolescente cantaba cuando cristiana era y me llamaba, y no importa si ojos o corazón: algo se me llenaba de agua por dentro

yo venía del mar: me había dejado arrastrar demencialmente por él con una felicidad de la que jamás había sabido…había sido esa tarde hirviente más niña que de niña entre revolcones de risa y olas, de dejarme hacer por la rompiente lo que ella deseara conmigo

y llegué rota y feliz a ese lugar que me protegería de una tormenta que iba a venirse con piedras, y de la que sólo quedó el asfalto mojado y un anuncio vacío

entonces fue cuando ellos empezando a llegar se intercalaron entre nosotros los sentados y se quedaron parados a capella entonando esa canción tan sublime que casi lágrimas era yo convertida a ese sonar entrante en mi pecho abierto a la experiencia por el mar revuelto en corrientes y contracorrientes

y la sensibilidad de mi adentro desbordaba mientras la sensibilidad del afuera señalaba la belleza de bach como un mar renacido y era eso lo justo: que la música fuera tan bella como lo no creado por las manos humanas

y era tan eso lo que sonaba que él daba saltos mientras dirigía la cantata y yo sentía algo hermoso en medio del pecho y aunque tuve el impulso de ponerme a bailar en medio de la iglesia, predominó por muy poco la llamada cordura por sobre la audacia del hacer, pero no por sobre la audacia del sentir

y hasta parecíame que diosito, ese que estaba clavado en la cruz, se iba a salir de sus clavos para ponerse también a danzar o saltar

nada más bendecido que lo que sonaba podía impregnarnos y esas voces salían desde un lugar joven de las gargantas también jóvenes y yo que había querido tomar la eucaristía después de cuarenta años de no probar el pan y el vino y no me había animado , aunque estaba más pura que jamás antes bañada por ese mar blanco y frondoso,  ahora era también aura del llamado de lo inmenso en la música mar

yo estaba preparando el milagro y el milagro se venía, y hasta había un perro vagabundo entre la gente y los bancos de la misa y el pan y el vino hervían en las bocas y la confabulación de bach y del mar terminó entre sudores y apretones de manos y saludos efusivos de unos cuantos fantasmas que estuvimos presentes en ese cuento escapado del tiempo hacia el sitio inefable en el que levitaríamos en asombros y nada ya vibraría sino de belleza, de milagro mojado sonándonos por dentro mientras las calles brillantes de lluvia nos llevaban a eso que solemos llamar casa. 


(inédito, 2019)

 

Claudia Bakún


Nací en Buenos Aires en la primavera de 1964, aunque soy de tierra adentro por adopción.

Estudié y me recibí de Profesora Nacional de Música en el Conservatorio Carlos Lopez Buchardo, y de Profesora Nacional de Dibujo y Pintura en la E.N.B.A Prilidiano Pueyrredón. Si bien di conciertos durante algunos años, la Música quedó ligada a la Enseñanza en Escuelas Públicas desde que comenzó la Democracia hasta la fecha, y a otras incursiones más informales. Amo todos estos caminos, y disfruté muchísimo de mi labor docente.

He picoteado en distintas danzas y propuestas corporales desde temprano en mi vida, y como profe de Música pude darme el gusto de acompañar Clases de Danzas. Pocas cosas hay que me hagan tanto bien como las peñas, los fogones y las milongas.

Mi formación literaria es esencialmente autodidacta, exceptuando la valiosa experiencia de taller realizada con Norberto Uman y Norberto Covarrubias, a quienes considero mis maestros, fundamentalmente al primero.

Participé en encuentros poéticos como Clima enrarecido, del grupo Signo Ascendente, en el Encuentro Abrazo de voces organizado por Las Pretextas, y en espacios de lectura como el Rincón de los poetas, el Café de las Pretextas, el Ciclo Literario Antonio Aliberti, El orate y la musa, entre otros.

En 2010 participé del Foro de Haiku de El Rincón de Haiku, sitio en el que me interioricé en este género, siendo considerada haijin.

Desde 2010 impulsé mi blog Pinceles Verdes, variopinto, básicamente dedicado a poesía y literatura, algo de narrativa y divagues filosóficos varios.

Recientemente realicé un Taller de escritura auténtica coordinado por Rosa Goldenberg.

Edité dos libros de poesía: Sombraluz (Edición del autor, colección el fandango,1994); Accidentes geográficos (13000 pájaros ediciones, 2014). Y hay muchos escritos y libros inéditos por compartir aún.