Es difícil para mí definir
qué es la poesía. Tal vez pueda intentar aproximaciones. Creo que encuentro lo
poético en el misterio, en cierta condición de lo inexplicable y, sin duda, en
un ritmo respiratorio y una musicalidad. Hay un intento de aproximar la palabra
al objeto, intento que siempre es vano pero que en su misma imposibilidad
despliega la poesía, que se abre por los laterales.
Escribo mucho y soy muy
caótica. No tengo disciplina alguna, excepto en la corrección. Porque en realidad
ese caos tiene que ver con lo que me estimula a escribir que es de lo más
diverso (una imagen, lecturas de narrativa, pensamientos repentinos, sueños).
En cualquier momento aparece esa urgencia que me lleva a mi block de notas. A
veces siento que puede abrirse una serie de poemas en una unidad de escritura y
si ocurre me dejo estar pero sé que hay una antenita oculta y atenta que va
registrando y en algún momento transforma en palabra. Nada de lo que digo me
ubica en el lugar de la pura inspiración: creo en el laburo y lo ejerzo, las
correcciones son momentos arduos y laboriosos y llego a sentir el cansancio en
el cuerpo, y una disposición corporal como de orientación hacía un llamado.
Corrijo siempre, dejo pasar
un tiempo, retomo el poema, vuelvo a corregir…y finalmente doy por terminado
más como un acto de voluntad que como una certeza.
Poemas
Veo desde la ventanilla del taxi
el edificio de arriba
del Imperio Bar
bordes macizos
cortinas pesadas
recuerdo a Camilo
y su cama de hospital
y a Tsvietaieva
su madre
la música
descubrir
de niña
que una palabra
te lleva
a otra que nunca es
la cosa
que nombra.
…
La cortina vuela
a latigazos
afuera de la ventana
como la lengua
de una serpiente
bífida y veloz
en la esquina
un auto de policía
bolsas de nylon
que arrastra
el viento
un pájaro negro
que no vuela
cae
y yo
solo una blusita.
…
El encierro
achica todo
economiza
vacía
y encoge
nada sobra
ni se expande
nos acomodamos
en los rincones
sentimos
que las palabras
de ayer
sosas
deslucidas
caen
como esas polleras antiguas
llenas de volados.
…
El borde de la ventana
clavado en el cielo
la noche de mi infancia
abierta al sur
ciudad vacía
cosmos
un astronauta
desde el cordón umbilical
de una nave
en la pantalla
de la tele
Marcela
Meroni
Marcela Meroni, estudió Historia e Historia del Arte.
Actualmente ejerce su profesión como Lic. en
Marketing.
Es autora de los poemarios Otros mundos, después (Halley, 2019).
El parto
de la reina (Halley, 2020).
El
anuncio de un grano de sa,l junto a Laura Vacs
(edición de autoras, 2020).
Plano
lateral de una naranja en proceso de edición.
Participa de la antología digital Tapabocas (Milena Caserola, 2020).
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