lunes, agosto 06, 2007

LUCIANA CAAMAÑO


A la hora de escribir elijo contextos diferentes. El sitio puede ser un bar o mi habitación. Lo que me gusta de un bar es la idea de que no te queda otra que escribir, estás ahí, sentada ante un papel y una lapicera y un café, y eso es todo, no existe otro con quien hablar, ni un teléfono que suene, ni una puerta que se abra, ni un cenicero que llenar. Además me gusta el proceso de encontrar el bar adecuado, ver la iluminación, escuchar la música, la disposición de las mesas, el café que sirven. Por las noches, me siento frente a la máquina. Lo bueno de la noche es el silencio, lo bueno de mi casa es que tengo a mi alcance todo mi material, mi biblioteca e internet. En ocasiones utilizo la máquina de escribir, el sonido de las teclas me resulta encantador.
Algunos textos simplemente surgen, por ejemplo, tras una tarde de intentos fallidos, aparece una idea y después de haberlos escrito les encuentro una unidad, un hilo conductor, de hecho no siempre ocurre. No estoy hablando de algo mágico, en realidad es algo mucho más complejo, de repente me encuentro mirando algo y eso me conduce a otra cosa y así, hasta llegar a un poema por ejemplo. En cambio otros textos, surgen a partir de una idea premeditada. En el caso de un fanzine en el que escribo, llamado tilinga on the rocks, me senté frente a la máquina con una propuesta: trastornos del sueño, ausencias y excesos y en medio de todo eso surgió un personaje, tilinga on the rocks y poco a poco fue ganando terreno y todo aquello del sueño quedo más bien como un fondo. A lo que me refiero es al hecho de que en ocasiones me dispongo a escribir con una idea y la escritura misma me lleva a otros sitios.
Siempre corrijo los textos. A veces guardo los archivos en carpetas escondidas para no encontrarlos tan fácilmente, de modo que luego de un tiempo me topo con poemas que no recordaba en absoluto y esto me impone cierto distanciamiento con el texto que me hace al menos un poco más fácil la corrección. En otros casos, luego de escribir no me levanto de la silla hasta que el texto quede como quiero que quede. El proceso de corrección me parece tan interesante como la escritura misma, es el laburo sobre el texto casi obsesivo.
En ocasiones los poemas suelen aparecer como una imagen, en otras surgen como una secuencia de imágenes. Estos últimos son lógicamente los textos más narrativos. Cuando me siento a escribir la idea es que el producto final esté lo más alejado de mí, en la medida de lo posible. De modo que parto de algo muy mío para llegar a algo que al leerlo me parezca casi ajeno. Quizá esa es la razón por la cual creo personajes, pues son ellos lo que van a decir y hacer.



Poemas


Todo tirado
Las cortinas
Las paredes
Y las sillas
Sobre el suelo.



***


Por las mañanas tomo té de menta y de canela. A veces juego a las escondidas con mi amigo imaginario. Se llama jacques y tiene una gorra que dice: “queso”.
Por las tardes me entretengo deshojando rosas amarillas. Cada vez que me pincho canto una ópera.
Por las noches me desmayo. Después confecciono vestidos para la reina.


***

viento
las sábanas blancas
cuelgan
en el jardín
del pasto más verde

***


La muy cocorita
Se desliza entre mis venas
Con la destreza de una marmota muerta
y la entereza de una amapola destrozada.

***

Una estrellita vestida de punta en blanco, casualmente de blanco, con soquetitos con volados y taquitos a lunares, con vestidito de oro blanco, se dirige al encuentro de la marmota herida de muerte, para tomar té helado. Al llegar se sientan en el banquito más pulcro de la plazoleta luly luly luly y despliegan un mantelito rojo y blanco a cuadrillé. Luego comen las galletas de miel y debaten sobre cuantas estrellitas se necesitarían para derribar a una jirafa y sobre cuanto tiempo le queda de vida a la marmota herida de muerte.

***


La amapola les teje pulóveres a las visitas. El otoño está próximo y su último pétalo pende de un hilo. Las estrellitas al borde del abismo juegan apuestas: “¿cuál será la próxima en caer?” la estrellita con tendencias suicidas se lanza al abismo, entonces gana, lástima!, no podrá disfrutar el premio. Y era tan bonito... un souvenir hecho a mano íntegramente de tul, una torta de bodas de yeso y unos escarpines de cuero!

***

Espuma
Un bisturí
Sobre el borde
De la bañera.

***


Ahora la estrellita esboza su última sonrisita, pobrecita, la estrellita, ha muerto. En el entierro de la estrellita hay una gran cháchara. Todos bailan polka hawaiana, comen aple pie y ríen a carcajadas. La estrellita muerta llora, pobrecita!!! Lo que ocurre es que la estrellita muerta era una estrellita hija de re mil puta. Se había comido a la estrellita verde, que era la estrellita irlandesa del cuento y las demás estrellitas se quedaron sin día de San Patricio. La cometa giganta ya no trabaja para la empresa que había decidido aplastar a las estrellitas, entonces se une al festín y, después de pedir permiso, se come a la estrellita muerta que aún llora. Pero la cometa gigante tiene ganas de preparar licor de estrella, entonces atraviesa a todas y cada una de las estrellitas con una lanza de plata, las exprime y las vierte en una linda botella. Lo peor de todo es que, al no haber quedado ninguna estrellita con vida, naturalmente no habrá funeral.

***


La cometa gigante se esconde en cuanto rincón se presenta ante sus ojos. Hay carteles con la foto de su rostro por doquier que dicen “buscada por hixa de puxa”. La bola coquetona se pone un moño de fiesta y unos tacones de luxe para recibir a sus invitados. Ahora los comensales comen burbujas a la putanesca. La croqueta está enojada, es natural, pues es la croqueta enojona. Los asteriscos checos están sentados en fila, de menor a mayor, orden que sólo ellos comprenden, pues son exactamente del mismo tamaño. Y por último archieputa, toma licor de estrella sobre el sillón de caucho. Hay terciopelo en la cama para que la modista (que en realidad es enfermera) confeccione los modelitos otoñales más lindos de la temporada. La bola con botas texanas quiere salir en la portada de una revista. A las cuatro de la madrugada, como no podía ser de otra forma, arriba la cometa gigante y, para variar, hace añicos a toda la parentela y a las moscas.

***


Después del domingo
Viene el domingo.

***


-: La liebre es flor de puta, a cambio de perlas se coge a los cerdos aún calientes.
-: No, no, no. Acá la puerca sos vos, después volvés toda roja al hueco y ojo que no soy ninguna pacata pero me ensuciás las sábanas recién puestas. Yo me quería casar con una vaca llena de moscas pero en el camino me encontré con vos que me llenaste el cuello de perlas y cómo decir que no? Yo estaba en una ópera de lo más paqueta, cerré los ojos y me encontré rodeada de reces y de ratas y de tu cara que me mira y cada noche me dice que se va a buscar perlas a los rincones y yo no te creo nada porque sin verte se que sos una puta y que te encanta porque a veces ni perlas pedís a cambio.

***

no encuentro nada
y tampoco busco
pero sería precioso.

***

Una res conduce un auto descapotable. Los asientos, forrados con animal print. En una esquina, blancanieves, cenicienta y la sirenita, vestidas de regias putas. La res va cantando “quiero llenarme de ti” de sandro. Blancanieves se apoya en la ventanilla. Los siete enanitos miran desde una distancia prudente, en silencio cuentan la plata. La res elige a cenicienta que de inmediato se desmaya, ya nadie la puede despertar. La res se enfada y se va. De repente llega la res azul, en un caballo blanco. Le da un beso a cenicienta, luego descubre que está muerta. Pobrecita!!! Los enanitos la meten en una bolsa de consorcio. La sirenita se acuerda, como por arte de magia, de que no está en el agua y se cae al asfalto. Las estrellitas, que miran desde el cielo, se ríen a carcajadas, bailan un vals y corren una maratón. Sólo queda blancanieves con los siete proxenetas.

***


Y ahora no me vengas con esa carita de amapola destrozada porque no te cuento el cuento de las buenas noches puta. Tu sueño es un castillo de perlas. Mi sueño es tu pesadilla. Cada jueves llegás y me decís que querés frutillas con crema y yo te grito que acá sólo hay carne y que deberías saberlo. Pero vos llorás como loca y te obsequio mi retrato de Jesús que brilla.

***

No hay sábanas
No hay martes
No hay aire
Yo respiro
No hay aire.


De, Todo tirado



TILINGA ON THE ROCKS I

Hace 9 días que no cierro los ojos. Habría que ir pensando en comprar nuevas tazas de té, una tetera y un par de tetas, de las mejores del mundo, para decorar la recámara de la reina de arabia, esa que tiene un nombre inmenso. La noche de hoy la voy a dedicar íntegramente a romper foquitos de luz, uno a uno, hasta llegar a los cien. Mientras tanto beberé café y leeré los anuncios fúnebres.

La medusa que está atravesando un episodio hipomaniaco se ha quebrado un piernita mientras colgaba un retrato de elvis en la pecera de cristal parisino. La telefonista entra a escena y pega un grito gigante, ha perdido el teléfono y todo se vuelve una gran catástrofe. Ya no hay lunes ni domingos, sólo aire. Las puntillas de las medias de la cortesana de turno son más que bonitas. Y yo aquí, en medio de la fiesta, vestida de enfermera. La musiquita es eterna y suena cada vez más fuerte. Ya no hay tardes ni mañanas, sólo viento.

Tilinga on the rocks organiza una lucha en el lodo. La ganadora deberá comer 8 kilos de lemon pie y recitar de memoria las noticias policiales de la última década. A todo esto el conserje del hotel pide silencio. Alguien que está tirado sobre el suelo, le arroja una palangana llena de ranas, que en realidad son conejos pintados de verde. Ya no hay horas ni minutos, solo brisa. A menudo la gente no recuerda aquello que sueña. Pues a mí me ocurre que no recuerdo aquello que vivo.

Mira vos! Hoy es el día. Hoy va a pasar algo... ya van a ver. Por las dudas yo voy a caminar sin pisar las líneas de las baldosas. Menos mal que estoy yo para fijarme en esas cosas eh. Menos mal! Me dieron ganas de tomarme un colectivo, uno que sea rojo. Si, voy a hacer eso y me voy a bajar en la decimocuarta parada. Sabés que estaría bueno? comprarme unas canilleras.

Son las tres de la tarde. Tilinga on the rocks quiere bailar. Por qué no hay un lugar para bailar a esta hora? Bueno me importa un bledo. Yo voy a apagar la luz y voy a poner peaches bien fuerte y listo. Y después, recién después, cuando me duelan las piernitas, voy a ir a la farmacia a comprarme unos maravillosos blisters de cafiaspirinas. Qué hora es? Todavía son las tres.

Tilinga on the rocks se bate el pelo, se clava un rivotril, se disfraza de alf, se escanea la cara y sale cantando bajito para el bautismo de su sobrina gregoria.

Tilinga on the rocks se compró un crucifijo. Parece que le gusta como combina con su t-shirt que tiene una virgen completamente desnuda. Por las noches se quita el crucifijo y lo tira por el balcón. Por las mañanas se compra uno nuevo.

En el sótano tengo una cala. Se llama antonia. Le gusta jugar al dominó. Por las noches armamos muñequitas de plastilina y bebemos vino añejo. En ocasiones antonia cocina comida china mientras escucha rock progresivo. El problema es que mi cala padece de insomnio. Por lo que me veo obligada a acompañarla noche a noche. Las mañanas suelen pasarse rápido, sin mayores complicaciones. Pero las tardes... de repente me encuentro en un colectivo; al abrir nuevamente los ojos estoy en medio de la lectura de una novela; luego aparezco sentada en un parque, más tarde me encuentro en una butaca, viendo un filme... es como si mi vida fuese objeto de un editor cuya censura quitara las partes en donde me subo al colectivo, escojo la novela, llego al parque, entro al cine.



Tilinga on the rocks II

Capitán Merengue trabaja en una fábrica de osos de peluche. Su tarea consiste en redactar los mensajes para los muñecos. escribe cositas como: “qué te hizo pensar que me gusta dormir con vos?”, o “me chorearon la bici, no me llevás a upa”.

El platillo favorito de tilinga on the rocks es el sándwich de salame con mucha salsa golf. En una ocasión de despertó entre fetas de salame, con el pelo naranja y con un pan como almohada.

Tilinga on the rocks y Mentecata organizan una fiesta. de fondo suena musiquita hecha única y exclusivamente con campanas. Los invitados deben asistir disfrazados de tampón. La fiesta tiene siete niveles. En el primero se come maní frente a una gran proyección de una imagen de isabel sarli. Las cáscaras se arrojan a la coca. En el segundo nivel se hacen hipopótamos de celofán. En el tercero se lee haiku a los gritos. En el cuarto nivel se bebe alcohol fino en un sombrero texano. En el quinto se esquilan ovejas, luego se tejen robots al crochet. En el sexto nivel se meten los dedos en el enchufe, después se arman pinitos de navidad. Y en el séptimo nivel se garcha.

Una vez. Un martes por la tarde. a tilinga on the rocks le preguntaron: “cuál es tu hobby?” ella respondió: “hacerme la paja escuchando a leonardo favio y armar rompecabezas”. Afuera estaba lloviendo. A tilinga on the rocks le dieron ganas de comer aceitunas, o de pintarse las uñas, o de tener una conversación de diez minutos en jeringoso.

Sabés lo que es pasarse un día entero haciendo pochoclos? Tilinga on the rocks sí lo sabe y muy bien. Tres kilos de maíz hizo, en pleno verano, con un brazo enyesado y un mal humor de novela.

Aquella mañana tilinga on the rocks despertó en una habitación de hotel de lujo. No se atrevió a preguntar cómo había llegado allí. Simplemente siguió durmiendo con los ojos abiertos, con la vista clavada en la pantalla del televisor. y entonces, en ese preciso momento, tilinga on the rocks se dio cuenta de que era transparente: todo lo que ocurre, ocurre detrás o delante de mí, siempre fuera, siempre en otro lado, soy como el vidrio a través del cual se mira, lo que se ve no es el vidrio sino lo que está más allá, aquí no hay nada, aquí dentro.

Querida Tilinga on the rocks:

Acabo de comer diecisiete kiwis y me pica la lengua. Ayer me robé una gallina, la llevé a casa y le dí jamón ahumado. La muy imbécil murió en el acto. Pensar que estuve tres meses ahorrando para comprar ese jamón. Qué te parece si conseguimos unos globos inflados con helio, nos paramos frente a la ventana de un geriátrico y puteamos a las viejas con la voz finita? hace setenta y seis horas que no me acuesto, he dormido pequeñas siestas en bancos de plaza y escolleras. Voy a ir al correo a enviarte esta carta, voy a tomar un whisky en la barra de un café, voy a escribirte otra carta, voy a volver al correo y así hasta toparme con una vaquita de san antonio. Un beso en el medio de tu Tilinga.
Mentecata



De, Tilinga on de rocks



Luciana Caamaño


Luciana Caamaño nació en Mar del Plata, Buenos Aires, en el año 1984. publicó Cocorita (2006), el fanzine Tilinga on the rocks I (2006) y Tilinga on the rocks II (2007). dark_orkids@yahoo.com.ar

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