domingo, noviembre 25, 2007

SILVIA IGLESIAS


Escribo de manera algo caótica, como a toda creación, le precede el caos.
Comencé a escribir en bares, colectivos, playas…, con lapiceras en pequeñas libretas que podía llevar en mi cartera. Lo hacía por la mañana, en los momentos que me quedaban entre los trámites bancarios, la limpieza de la casa y la comida para la familia, antes de entrar a trabajar, por la tarde.
Así, a los 40 años, escribí el primer libro Cuerpos perfectos que obtuvo el 1er. Premio del XXIV Concurso de Escritores Patagónicos, edición 2004.
El segundo libro  Underwear  - de próxima publicación - nació en un ámbito más relajado.
Si puedo elegir cómo escribir, lo hago por la mañana, frente a una ventana, en la (pc) portátil y en silencio.
En realidad, ése es el acto físico de escribir. El poema ya está en mí, antes. Claramente. A veces con varios procesos de corrección incluidos. De modo que no estoy tan condicionada por el “cómo” escribo.
Es rara la vez que me siento a  ver qué cae: como una pescadora, tiro la red y veo qué queda. Paso el tamiz a mis sensaciones últimas y siempre la memoria tiene algo guardado que la marea se encarga de traer. Suelen aparecer poemas que ya había escrito mentalmente, y que había olvidado. El poema surge de la sorpresa y de la emoción. Llega en una forma muy corta y definida y sin parecerse a ninguno de los autores que alguna vez leí. En este sentido, la investigación y las lecturas me ayudan más cuando escribo narrativa. Siempre que puedo, dejo descansar un texto. Es muy necesario para mí. Reposa hasta que encuentro la clave para seguir. Sólo es una cuestión de tiempo. La corrección es tan importante como la creación del poema. Son dos procesos tan simbióticos que no puedo imaginarlos por separado.
En muchos casos, mi poesía es información celeste. Algo que llega, incluso con su forma. Me toca decodificar y volver a codificar. Traducir esa imagen poderosa en palabras para comunicar la experiencia. Y compartirla.



Poemas


I

Desconfiá – dijo Antonio -
de la poesía en la prosa
entonces confié
en la prosa de la poesía


II

Estoy salida de mí
como esos pajaritos
que no reconocen a su madre
ni el nido donde nacieron

III

Abrazame – le digo
él deja caer su brazo en mi espalda
y aparezco en una farmacia
entre flores de plástico


VI

Cuidate de mí
que ando dura y espinada
como las ramitas del piquillín

cuidame de mí

VII

Al que subió al colectivo
con las muletas gastadas
y las piernas torcidas
al que vende el telebingo
en otra lengua
al que anda con la vida puesta
por la calle

los abrazaría

si no fuera porque ando tan apurada

VIII

Abrí las ventanas
y el humo de las palabras
quemadas
en el último infierno
salió de la casa

IX

El conoció a su papá
a los trece
charlamos más de dos horas
y todavía falta – dijo –
no se puede
contar toda una vida
en un rato

XV

Un bebé sonríe al hombre
en el colectivo

no sabe si ha matado
o es ciego

XIX

Cuando lavo los platos
borro
tus ojos pegados

XXI

Qué sentido puede tener
este deseo impar

cuando esté muerta

XXIII

Cuando hago
lo que tengo que hacer
no sé a quién
le debo la paz

XXVII

Me gusta el frío

sabe meterse
bien adentro

donde los demás
no se animan

XXIX

El se fue

yo quedé
abrazada
al caño del calefactor


XXX

Cuando supe
que te había dado todo
sin que te des
por enterado

dejé caer mi corteza
como una cáscara seca

y seguí

a savia viva


Signos (vitales)



I

Voy a ajustarme
la ropa al cuerpo
para que no se anden cayendo
los huesos

IV

Cimbran mis tripas

son las primeras
en enterarse

V

Cuando creo
que piso firme
la tierra

mueve
sus piernas

VI

Espero el colectivo
en la esquina

como quien espera
que la saquen
del mundo


VII


No sé si lo hago
para mí
o
contra los otros

XIII


yo soy
la que guarda
semillas vivas
en tumbas de papel


XIV


Tan guerrera
entre los suyos

tan ordenadora
de la paz

puertas adentro

XVI


Crecen
más que yo
las uñas

XVII

Me gusta ser
esas flores
amarillas
de cuerpo verde
que crecen
en los caminos


XIX

Por dónde se apaga
este viento
que tira piedras
a lo hondo


XXI


Anticipo
la respiración
de los otros

llevo
una vida
agitada



XXV


Si aprendiera de una vez
la muerte
nunca llegaría
demasiado pronto

XXVI


Como

y me consuelo


XXVII

Mi boca
como el ojo de un pez
quiere hablar
y llora


XXVIII

El ego
no me deja
ser yo

XXIX

La vida

esa amenaza


Imagen (soñada)


I


No puedo dormir

soy una mujer cubista
con un trozo de hielo
sobresaliendo
de su garganta



III



Muerta en el pastizal
con la bikini negra
y una mano
nacida de la tierra
metiéndose
en su entrepierna



IV



Corría
del sueño
a la playa celeste

y no había salida


V


Anoche entré
al mar
para nadar

llegué a la playa
seis horas después

no supe decir
dónde había estado


VI



Me levanta
todas las noches
dormida
y grita

yo no la dejo vivir
ella no me deja dormir

IX


Era el dibujo lánguido
de un comic
mirándose en la puerta
de gelatina plateada


X

Trepaba
un mueble
interminable
lleno de ropa
sabiendo que me caería
que no tenía sentido


XI


Cierro los ojos
y veo
con lentes
de aumento


Figura esculpida (en hielo)



III


No es que las mariposas
hayan pasado de moda

es que ya nadie
habla de ellas


IV


Nadie es como lo pintan
nada es como lo cuentan

hay que caerse del cuadro
salirse de la historia

para saberlo


V



De vacaciones en el mar
ella le dijo
vos no me querés
más
y él contestó
vinimos hasta acá
a olvidar
todo eso

VIII


Entró en la oficina
de recursos humanos

llevaba su pasado
y el tiempo
que le quedaba

para vender

XIV


Me gusta estar en la playa

puedo recordar
cómo vinimos al mundo




XV


La madre entró en la casa
qué frío - dijo

y todos
temblaron
un poco

De, Cuerpos perfectos

Silvia Iglesias

Silvia Iglesias, vive en Puerto Madryn, Patagonia Argentina. Profesora de letras, periodista, escritora. Su primer libro es Cuerpos perfectos con el que ganó el Primer Premio del XXIV Encuentro de Escritores Patagónicos en su edición 2005. Las críticas aparecidas en Ñ (revista cultural del Diario Clarín), en Radar (suplemento cultural del diario Página 12) en la revista de poesía Plebella, entre otros medios literarios, destacan la originalidad de su estilo y su voz.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante el proceso de apropiación de la escritura. Gracias por esa expresión "información celeste", creo que resume una idea difícil de expresar.
Gracias también por esos poemas.

Anónimo dijo...

Poemas extraños y sintéticos. Intensos.

Me gustaron mucho, gracias.

Maite Vosz

Anónimo dijo...

Gracias! Silvia Iglesias

Anónimo dijo...

Gracias! Silvia Iglesias