lunes, noviembre 05, 2007

EDUARDO REZZANO


En el runrún de voces que no siempre logro hacer mías, que en el mejor de los casos fluyen como aguas subterráneas, se recortan palabras descatalogadas o alguna cancioncilla que viene a producir, no a restaurar, un momento de infancia entre tanto desasosiego.

Unas veces, la forma del poema se impone con su música, y no me queda más que improvisar una danza a la que me entrego gozoso. Otras, me espera un trabajo arduo de artesano, un trabajo que, sin dudas, prefiero a cualquier otro.

La hoja en blanco no me llama a escribir sino a dibujar garabatos, coches y elefantes; eso sigue siendo así, no ha cambiado mucho. Cuando me siento a escribir es porque ya tengo las palabras o, al menos, algunas de ellas se organizaron de manera tal que me ofrecen algo inesperado, algo que me llama la atención.

El proceso de escritura ocupa un momento fuera del tiempo, luego del cual me cuesta horrores volver a mis obligaciones de ciudadano. Lo indecible, mediante la poesía, toma el control del lenguaje, pero no para decirse sino para desnudarlo, para que muestre un atisbo de su afuera y exprese el sinsentido de aquello en lo que creemos. Lo indecible se vuelve presencia no dicha, energía pura y liberadora.

El poema puede estar listo en cuestión de minutos o puedo volver a corregirlo o reescribirlo infinidad de veces durante años. También puede ocurrir que no soporte tanta corrección y prefiera el olvido a tanta recurrencia estéril.

 

Poemas

 

PADRE

Una mariposa en
mi balcón
pone sus huevos
y se va

Pronto mi casa
se llenará de gusanos
a quienes alimentaré y
cambiaré los pañales

Seré un padre ejemplar
y a su debido tiempo
les enseñaré a volar
arrojándome por la
ventana

 

De Gato barcino (Lumen, 2006)


DIPLOMACIA

 

En una valija diplomática

llevo al embajador francés

 

Lo llevo con orgullo

por todo el mundo

porque es mi pequeño

tesoro

 

Cuando tratamos de dormir

se escuchan sus gritos ahogados

pide libertad fraternidad

e igualdad

 

y le prometemos eso

y mucho más

si se calla

 

 

De Alcohol para después de quemar (Zindo & Gafuri, 2014)

 

  

VERDADES A MEDIAS

 

Hay árboles

que esperan a morir

para empezar a hablarnos

 

De ellos he aprendido

algunas verdades a medias

y otras que me permiten

intentar algunos trucos

 

como detener el tiempo

cuando un rayo de luz

se posa en tu mano

y la abre

 

o hacer girar la cabeza

hasta que rueda calle abajo

y se pierde

 

 

De Alcohol para después de quemar (Zindo & Gafuri, 2014)

 

  

EL CAMPO


Recuerdos de provincia
el patio y el almacén
los teros y el chajá amarillo
de cogote colorado
el capataz y el mayordomo
tomados de la mano
a la hora de la siesta
y la sonrisa del tata
como al descuido
al ver que no éramos
tan niñas


De Caligrafía (Amargord, 2013)

 

 

DESPEÑADERO

 

En la memoria guardo

apenas tres sonidos

 

el canto de un pájaro

sin nombre

una campana

que toca a muerto

y el mar contra las piedras

 

A partir de esta pequeña música

trato de reconstruir algunas voces

 

pero es inútil

la música me conduce al silencio

 

cada mañana

cada atardecer



De Caligrafía (Amargord, 2013)

 

 

CRIATURAS DE LA NOCHE

 

Una cucaracha

me tocó el brazo

y mi gesto lo dijo todo

 

Me preguntó ¿tanto asco

te doy? y me ofreció

la mitad de su chicle

 

Acaricié su dorso

que no emitía música

y pensé

 

si fueras un grillo

¿sobre qué estaríamos

conversando?

 

 

De Nocturna (Zindo & Gafuri, 2016)

 

 


NIÑA DEL VIENTO

 

Cuando murió Amparo

mi primera mujer

 

mi hija me dijo

yo soy la hija

del desamparo

 

la que perdió el nombre

en boca del viento

 

la falda en manos

de la noche blanca

 

noche de luna

y sin estrellas

 

 

De Nocturna (Zindo & Gafuri, 2016)

 

Eduardo Rezzano 

Eduardo Rezzano nació en 1968 en La Plata. Publicó los libros de poesía Ningún Lugar (Ediciones del Canto Rodado, 1999), Gato Barcino (Lumen, 2006), No fábulas (Vox, 2010), Alcohol para después de quemar (Fuga, 2012; Zindo & Gafuri, 2014; Kriller71, 2016), Caligrafía (Amargord, 2013), Nocturna (Zindo & Gafuri, 2016; Edizioni Fili d'Aquilone, 2018) y Paraíso (Malisia, 2018).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me encantaron estos poemas.

Eduardo Rezzano dijo...

Gracias, buen amigo.