viernes, diciembre 21, 2007

VERÓNICA LAURINO



Empecé escribiendo una novela Breves fragmentos con placer, pero con rigor escribía casi todos los días por la madrugada, durante un año. La escritura poética en cambio funciona de un modo distinto, está evidentemente relacionada con un "dejarse sorprender", ver algo, sentir algo y escribirlo, aunque haya momentos más propicios por ejemplo: escribo mucho durante los viajes (nunca me falta cuaderno y birome) también lo hago cuando camino, lo cual me permite cierta calma; otras veces, se me ocurren cosas en un momento de tensión, entonces las ordeno y por cierto me gusta hacerlo en mi lugar de trabajo, soy bibliotecaria y el silencio de las bibliotecas me estimula. 
El primer libro de poemas 25 malestares y algunos placeres lo escribí mientras escribía la novela, era como un recreo, escribía sobre lo que iba surgiendo y en el momento de buscarle un título me di cuenta de que tenía un montón de poemas sobre cosas que no me gustaban, sobre malestares. En cambio en Ruta 11 muchas imágenes son producto del viaje en colectivo de Rosario a Santa Fe o de Rosario a Buenos Aires y si bien no surgieron como un plan, en este segundo libro se nota más una unidad temática y formal.
La corrección es algo que me cuesta. Escribo en cuadernos que siempre llevo conmigo y en el momento de pasar los textos a la computadora hago una primera corrección. Entre lo escrito en papel y lo pasado a la máquina existió un tiempo de maceración y generalmente los poemas no quedan igual, luego imprimo y ahí quizás también realice pequeños cambios. Con el primer libro, de todos modos, recurrí a otro poeta que me ayudó a alejarme de mi propia producción y ver qué era lo mejor para los poemas.
La imagen es lo que dispara una pequeña idea, la mirada actuando como una cámara fotográfica, a veces queda solo eso: el gesto de querer atrapar el momento.





Poemas



Sin pretender ser poeta

Escribir poesía
salir del lugar común
sin entrar al lugar común de la poesía,
sin diccionario y sin anestesia.
Escribir poesía.

Tos

La presencia inquietante de la tos
no permite nada
irrumpe
interrumpe.
El té con miel repara
calor líquido
suavidad.
Toso
hasta la arcada
antesala del vómito
delirio tuberculoso
toso.

El frasco de miel

Se estrelló el frasco de miel contra el piso
se hizo añicos, el día de la mudanza
¿cómo la levanto?
el deseo de tomar una cuchara y comer:
miel y vidrio
el deseo de no mudarme
llevo la miel en cada cosa que toco
resbalo
esquirlas
desastre
mudanza

Azalea

Sucia,
apestada, sin flores
casi muerta
sobreviviente de balcón,
ida en vicio, olvidada.
Comida de pulgón
y postre de los ácaros.
Sólo la maleza
en la base
tiene vida.
Poda drástica
lluvia
y primavera.

Vento

Vento, decía el niño pequeño
el vento
sonaba mejor,
sonaba y sonaba.
En esa esquina
yacía su casa,
dije yacía.
Estaba rodeada de 27 paraísos
27 añosos y podridos paraísos.
Cerca del río
en medio del campo
el vento no cesa.
Sólo le falta el mar.
El vento enloquece
al más.

Enfermedad

Se alargó la vida
para seguir padeciéndola.
Morir tiene su lógica.
La enfermedad
es la chusma
de la muerte.

Separaciones

Escuché:”una mudanza son siete incendios”
Añadí: “Separase son dos tornados”
Volví a añadir:
”Como separase
implica mudarse, tenemos dos tornados y siete incendios”
Y así es la cosa.

Fuimos a la isla

Mosquito, sinónimo tropical
En el verano despiertan
sed de sangre
vampiro de pequeña estatura
--lo peor es el zumbido—
--no, lo peor es rascarse y lastimarse--
Se defiende, el caballo.
El bebé no puede,
y Llora
¡Está colorado, hinchado, con ronchas!
--¿Tiene sarampión?--
--No, fuimos a la isla--

Domingo

No voy a misa
no voy a la cancha
no me suicido.
Demasiada siesta
deja su impronta
escribo.

Humanidad

Hay gente nacida
en la desdicha.
La humanidad me asusta
demasiado.

No bailo

No bailo, no me divierte
no me entrego a lo que ignoro
y no tengo gracia natural
además nunca aprendí.
Esto no es una declaración jurada;
y no saber ciertas cosas
no es ningún delito.

Teléfono

Suena el teléfono
y suspendo el sueño,
a sabiendas
que no podré
retomarlo.
El fin.
Tomo la tijera
y corto el cable.

Bañera

Mi pequeño mar
a escala
piscina sin peligro
ni bañero
aroma a jazmín,
de ficción.
Seguiré leyendo
y fumando
hasta arrugarme.

Río

Antes del televisor
fue el fuego.
Antes del cine
fue el río: ver y soñar
pero yo era niña
y el Paraná me daba vergüenza.
Creía que los ríos debían ser
cristalinos, limpios
y ahí estaba él
barro rojizo
ostentando su bravía.

II


Ni truchas ni salmones

sólo mojarritas,
delicia de la infancia.
Barrancas de aprendizaje
al suicidio.
Playa, deleite del bañista
nadador salvaje
sin pileta ni club náutico.
Isla
placer con pena
paraíso del pobre y sus mosquitos
nadar y pescar la deriva.
Cuando era niña,
ya lo dije
el Paraná me daba miedo.
Los dos
pudimos sobrevivir
a mi vergüenza.

Lectura poética

En la inmensa sala
sólo se escuchaba
la voz del poeta y
el ruido de mis tripas.

Parto


Parto

de partir
no de parir.
Cuando las palabras dañan
me voy
de viaje.

De, 25 malestares y algunos placeres 



Verónica Laurino


Nací en 1967 en Rosario, lugar en el que vivo actualmente y trabajo como bibliotecaria en la Hemeroteca municipal de la Biblioteca Juan Alvarez. Soy una entusiasta lectora y comencé a escribir en el 2002, producto de la crisis general y personal del 2001; escribí una novela Breves fragmentos bajo la tutoría de Patricia Suárez, novela que en el 2006 recibió el primer premio de novela del Concejo Deliberante de Rosario y se publico en el 2007. En el 2003 escribí un libro de poemas 25 malestares y algunos placeres que fue dos veces finalista del premio Felipe Aldana y que finalmente publicó la editorial Ciudad Gótica en el 2006. En el 2004 escribí el cuento infantil La venganza de Timoteo Rubinstein. Fui seleccionada, en el 2005, para realizar un taller de poesía con Irene Gruss en la Casa de la poesía de la ciudad autónoma de Buenos Aires, al que asistí los días miércoles. En la actualidad asisto al taller de escritura del escritor rosarino Marcelo Scalona y estoy preparando una segunda novela. En el 2007 publiqué un libro de poemas Ruta 11, Editorial Vox. Disfruto de las lecturas en público y he participado en los ciclos: Poesía en los Bares y Arte por la Paz y Poetas del tercer mundo. Espero poder seguir escribiendo con entusiasmo y pasión, leyendo y publicando y dedicándole mis mejores horas a un oficio placenteramente solitario.

1 comentario:

RosaMaría dijo...

Qué post tan profundo y poético, paseas al lector por tu vida que casi se hace propia. Eres una gran poeta.